Vete de mí - Alejandra Laurencich
Vete de mí, una orden, un ruego, un pedido de auxilio en medio de una realidad violenta y dolorosa
“Ubi amor ibi miseria”. Donde está el amor, está la miseria, ya lo anunciaba Carmina Burana, obra compuesta entre los siglos XII y XIII. Hace ochocientos años las relaciones interpersonales eran tan difíciles de llevar adelante como lo son en este siglo XXI que hoy transitamos. Y esta frase, tan representativa, la recupera Alejandra Laurencich como epígrafe de “Vete de mí”, su última novela, publicada por Factotum Ediciones.
“Vete de mí”, una exclamación, un ruego, que los personajes -los principales en primer lugar, pero también aquellos que dan marco a la vida cotidiana de los demás- quisiera gritar en diferentes momentos de la historia. Alejarse, evitar el contacto con aquel o aquellos que tanto dolor produce, pero a la vez es el aire que permite sobrevivir -no vivir, simplemente permanecer- en un mundo lleno de momentos dolorosos y desoladores. Pero alejarse no es factible, es una de las cosas que se vuelven imposibles en este relato.
Luis, Mariana, el Negro, Ray, Pachu, Matías, cuerpos que se encuentran y desencuentran llenos de cicatrices que no están dispuestos a curar, al contrario, buscan que cada una de ellas -consciente o inconscientemente- sea más profunda, más dolorosa, más visible, que nunca se les permita olvidar cómo, cuándo y con quién se produjo.
Violencia en todas sus formas, física y psicológica, maltrato y destrato. La amistad como escudo protector ante todo que termina lastimando más que el mundo entero. La vida partida al medio por los de afuera, pero también por quienes conformaron un grupo cerrado, en el que nada ni nadie puede entrar sin sufrir las consecuencias, ni siquiera el aire, el viento que podría limpiar puede atravesar esas murallas construidas a fuerza de dolor y abandono.
El exterior, queriendo imponer sus reglas de convivencia, sus buenas maneras, su estabilidad emocional a base de medicación que obnubila, los padres que mueren en el intento de hacer un mundo mejor -o adecuado a lo que ellos mismos necesitan, sin pensar en nadie más-, poniendo más reglas, imposibles de seguir sin un mapa que guie en la oscuridad. “Vete de mí” es un grito de auxilio.
Narrada alternativamente en primera y en tercera persona, con la visión subjetiva de cada narrador, viajando en tiempo y espacio, Laurencich reconstruye la historia de este grupo en el que se mezclan amigos, amantes y desconocidos, con la profundidad de quien hurga en el dolor ajeno para encontrar su raíz, para reconocerla no para arrancarla.
El grupo, que hasta el instante en que todo eclosiona vivió emocionalmente aislado de la realidad, alejados de lo mundano, del día a día del resto de la humanidad, de golpe se encuentra con la realidad, con el afuera invadiendo sus vidas, vidas destrozadas pero propias, organizadas de acuerdo a sus propias y enfermas reglas. Llenos de amor y de pena como los condimentos indispensables de relaciones que terminarán en una vida convertida en tortura.
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Soledad Hessel.Editora/Redactora de trenINSOMNE. Periodista. Editora. Gestora Cultural. Siempre supo que las palabras eran lo suyo. Escribe y lee desde que recuerda y tiene una pasión por los libros como objetos de culto. Conductora del programa radial "A la vuelta de la esquina" por radio La Desterrada. Coordinadora del ciclo de lecturas on-line "Lecturas en el tren". Columnista de literatura y cultura en medios gráficos y radiales. Fue corresponsal del diario La voz de Santa Cruz y de la Revista En acción de La Plata en la Ciudad de Córdoba. Además, fue miembro del Comité de Redacción y Editora del Boletín de Divulgación Científica de la Universidad Nacional de Córdoba. Dicta talleres de lectura y escritura. Notas de Soledad
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