El libro de los americanos sin nombre - Cristina Henríquez

El libro de los americanos sin nombre - Cristina Henríquez


“Cuando miré a la gente a nuestro alrededor, siquiera nadie nos miraba, y me sentí como a menudo me sentía en este país: visible e invisible a la vez, como una rareza que ve todo el mundo pero prefieren ignorar.”

Abandonar es una palabra que siempre pesa. Dejar atrás aquello que nos formó y nos dio sentido, la arena que se escabullía entre nuestros dedos o las canciones típicas de tu país que se enredaban como un abrazo confuso, a veces distante, a veces difícil, pero siempre con ese sabor a casa. Pero un hogar puede cambiar, un hogar puede convertirse en un lugar que hay que abandonar, obligándonos a seguir y buscar hogares nuevos (aunque, quizá, lo único que hace que estas nuevas cuatro paredes se sientan como un hogar el saber que el sol que nos besa la piel es siempre el mismo).

El libro de los americanos sin nombre comienza con Alma Rivera. Una mujer atormentada, buscando el lugar en el mundo donde los tratamientos sean suficientes para que su hija vuelva a ser quien era. Eso es lo que los Rivera, Alma y Arturo, creen que buscan; no sólo recuperar la salud y palabra de su hija Maribel tras el accidente, sino devolverle aquella esencia de adolescente contra el mundo, su risa de niña feliz. En el medio de su asentamiento, de su intento por echar raíces en una tierra áspera y hostil, Alma Rivera conoce a su vecina panameña, Celia Toro. Y, mientras se crea un lazo de comprensión y contención entre las dos mujeres, también lo hace entre sus hijos, Maribel y Mayor. Este último parece ser la única persona que realmente entiende a Maribel después del accidente, que no deposita en ella todos sus sueños, frustraciones y culpas esperando que así mejore. Mayor simplemente extiende su brazo y espera hasta que Maribel se sienta lista para tomarlo.

“Ese es el Panamá al que quiero aferrarme. Porque un lugar puede hacer mucho contra ti, pero si es tu hogar, o lo fue alguna vez, sigues queriéndolo. Eso es lo que pasa.”

Cristina Henríquez le da voz a cada huida, a cada persona que tuvo que irse de su país ya sea por amor o por desesperación; porque necesitaban comer, escapar de algo, reinventarse, estar en un lugar seguro. Les da voz a aquellos que luchan día tras día no sólo por sobrevivir sino por ser aceptados, por ser vistos y a la vez ignorados, por encontrarse y moverse en un mundo que parece no buscar más que verlos caer. Esta novela mezcla la historia de las dos familias protagonistas (los Toro y los Rivera) con los testimonios de otros habitantes latinos de Delaware. Es así como conocemos la historia de una adolescente portorriqueña que sueña con ser la próxima Rita Moreno, un paraguayo que buscaba la oportunidad de triunfar en el mundo del boxeo pero termina siendo dueño del edificio que aloja familias latinas, y una venezolana abusada por su hermanastro, abandonada y despreciada por su propia madre, entre otros. Las historias centrales, de la mano de estos testimonios, nos dan un panorama tanto amplio como detallado para ponernos en el lugar de aquellos que han tenido que dejarlo todo y empezar de nuevo. Nos ayuda a entender ese choque cultural y la necesidad de aferrarte a tu país cuando estás lejos de este, y como a veces no importa el dónde sino el con quién.

El libro de los americanos sin nombre ilustra a la perfección los problemas de nuestra cultura latina, desde el tan interiorizado sexismo hasta el propio racismo contra nosotros mismos. En estas páginas, finalmente, tienen voz aquellos que son siempre olvidados, junto con su pasión latina y el empeño por siempre seguir adelante e intentar sobrevivir en este mundo que se esfuerza tanto por dejarnos atrás. Es una novela importante para este momento de la historia, cuando el odio y el rechazo hacia lo “distinto” es más fuerte que todo lo demás, y la violencia hacia todo lo que se salga “de la norma” se vuelve la respuesta habitual.

“Nosotros somos los americanos sin nombre, los ignorados, aquellos a quienes nadie quiere entender porque les han dicho que deben tenernos miedo y porque puede que si se tomaran el tiempo suficiente como para conocernos, se darían cuenta de que no estamos tan mal, tal vez incluso de que somos iguales que ellos. ¿Y a quién odiarían entonces?”



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Floreana Alonso.Floreana es la más joven del grupo. Estudiante y escritora en ciernes. Lleva adelante su blog BookSick desde hace varios años, escribiendo reseñas de libros y contando sus experiencias con la literatura. Floreana es una chica acostumbrada a escribir sobre otros, sobre personajes inventados que existen sólo en lo más profundo de su cabeza o en las palabras que se le escapan de entre los dedos, por lo que las biografías siempre se le complican. Lo que puede decir es que participó de dos talleres literarios y que lee más de lo que escribe. Además, es ganadora de la Mención Especial del Concurso de Cuentos Cortos de la Universidad de Belgrano edición 2017, Saint Andrew's Writing Competition 2012, 2013, 2014 y es una de las seleccionadas para participar del Festival Clave 13/17 en Escritura Libre organizado por el Centro Cultural Recoleta. Entre sus escritores favoritos puede encontrarse a Cortázar, Sylvia Plath, Samantha Schweblin, Bukowski, Rimbaud, Rodrigo Fresán y Haruki Murakami, entre otros. Notas de Floreana