Recuerdos del futuro - Siri Hustvedt
La memoria como una construcción personal y social que puede cambiar todo nuestro mundo
La memoria es el hilo conductor de esta historia (¿podríamos hablar de una obra de autoficción, una autobiografía de alguna manera encubierta?) en la que Siri Hustvedt, a través de SH, narradora y protagonista, reconstruye la historia de una joven escritora proveniente de la ciudad de Webster que llega a Nueva York en la década del ´70.
Minnesota (el apodo que recibe SH de parte de una de sus primeras amigas en la gran manzana) nos irá narrando en primera persona y desde el presente de sus sesenta y un años la vida de la joven que alguna vez fue, reconstruyendo recuerdos desde la lectura del diario que aquella escribió sobre su vida en su nuevo hogar.
Pero esta novela no es sólo el recuerdo de una serie de experiencias iniciáticas. Como nos tiene acostumbrados Hustvedt en sus novelas anteriores, los acontecimientos van acompañados del análisis y la crítica de la sociedad en la cual ocurre la acción, de las relaciones asimétricas entre hombres y mujeres, de las luchas feministas (de las cuales es parte la autora desde su adolescencia), y de todo aquello que acompaña la trama y la vida.
Una vida de la que formarán parte fundamental su grupo de amigos, su vecina Lucy Brite con su propio pasa que no termina de tomar forma, los amores de una noche o de varios meses, el café, los libros y la inmensa Biblioteca de Nueva York, refugio físico, mental y emocional.
El recuerdo, lo que queda de nuestra vida en nuestra mente, lo que a través de aquello que queda grabado construimos nuestra memoria, eliminando hechos que no queremos recordar y modificando otros a los que preferimos cambiarles el color, en eso está basada esta novela, y es lo que nos lleva a repensar nuestro propio pasado ¿es mi vida esa que “recuerdo”? Si pudiera viajar en el tiempo, como lo hace SH a través de sus diarios ¿con quién nos encontraríamos? ¿quiénes seríamos?
“El pasado es frágil, tan frágil como quebradizos los huesos con los años, tan frágil como los fantasmas que vemos en las ventanas o los sueños que se descomponen al despertar y no dejan atrás nada aparte de una sensación de inquietud o angustia, o, menos a menudo, una extraña satisfacción.”
Pero la memoria no es sólo personal e individual, es también social y cultural. No sólo las personas eliminamos de nuestro acervo aquello que nos duele, que nos molesta, que nos incomoda; la sociedad utiliza el mismo mecanismo desde hace siglos para quitar de su memoria histórica a aquellos que no cumplieron con las reglas sociales impuestas desde el afuera del individuo en cada época. Y quienes más fueron en contra de aquellas pautas de conducta fueron las mujeres que decidieron que ese corsé en el que se las quería meter era demasiado estrecho para sus sueños, sus objetivos y sus deseos.
Y aquí entra en escena (sobrevolando toda la novela) la baronesa Elsa von Freytag-Loringhoven, artista, performer, poeta, musa, ángel guardián y guía en la oscuridad de Minnesota. La baronesa será su inspiración tanto para la construcción de su obra como para su vida. Será ese faro en la oscuridad que le permitirá hallar el camino que fue a descubrir en Nueva York.
Elsa von Freytag-Loringhoven fue una artista descontracturada y rupturista que vivió entre 1847 y 1927, que soñó con ver sus poemas impresos (lo que no se consiguió hasta el año 2010), un sueño que narra en una carta a su gran amiga la escritora Djuna Barnes, más que como un deseo como una necesidad asociada a la supervivencia:"Queridísima Djuna, mi libro de poesía…¡Oh! Lo que podría ser…serviría para mantenerme -como mínimo flotando-, ¡ojalá lo viera pronto! Djuna, es una necesidad imperiosa para mí…”. También fue la artista detrás de “La fuente”, el mingitorio considerado la obra de arte que dio origen al arte posmoderno y atribuida (y auto atribuida) a Marcel Duchamp luego de la muerte de Elsa. Hoy, más de cien años después de su primera exposición pública, tenemos pruebas suficientes para devolverle a su verdadera autora el crédito por su obra.
“A veces la memoria es como un cuchillo”
Y este querer devolver a la historia del arte, colocar dentro del canon artístico de la época a esta artista de vanguardia será parte del objetivo de la novela de Hustvedt. Devolver a Elsa y a tantas otras, identificar los maltratos y menosprecios que sufrieron las mujeres que osaron romper las reglas impuestas por los hombres, tener el tupé de ocupar espacios reservados al género masculino, decidir pensar, crear, filosofar, descubrir, investigar. Osar decir que no. Tener, tomar como propio, el derecho a decir lo que se piensa.
Minnesota aprenderá en la biblioteca y en las calles, será víctima de violencia física y psicológica, será insultada y maltratada por tener algo que decir, por no tomar como propio el papel de chica boba que la sociedad decidió asignarle. Sus reacciones ante tamaño desaires, la llevarán al desmayo, pero también a la admiración de aquellas mujeres que la rodean y ven en ella a la mujer valiente que lucha por ocupar su espacio hasta el paroxismo.
Y su propia memoria será reconstruida por esa “vieja erudita” en que se ha convertido según sus propias palabras, su pasado volverá a tomar forma, los fantasmas regresarán para recordarle lo que vivió, pero también lo que sintió, qué le dio alegría, tristeza, rabia, placer, dolor. Cómo aquella joven es los cimientos de esta que hoy nos cuenta, nos habla directamente a sus lectores para decirnos, entre otras cosas, que la memoria nos trae muchas veces cosas que nunca ocurrieron y en las que en numerosas ocasiones basamos nuestra vida y nuestras decisiones.
“(…) en este libro en particular, el que el lector tiene en las manos, la persona joven y la entrada en años viven codo con codo en las verdades precarias de la memoria”.
Con una narrativa clara y profunda, que nos acompaña delicadamente a través de la vida de Minnesota -y por qué no de la propia-, de los análisis filosóficos y literarios de la existencia -que mezcla sin arrumbar pasado, presente y futuro- y con ilustraciones que muestran la visión de la autora provenientes de su propia mano “Recuerdos del futuro” se vuelve una obra imprescindible -una más- en la bibliografía de Siri Hustvedt.
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Soledad Hessel.Editora/Redactora de trenINSOMNE. Periodista. Editora. Gestora Cultural. Siempre supo que las palabras eran lo suyo. Escribe y lee desde que recuerda y tiene una pasión por los libros como objetos de culto. Conductora del programa radial "A la vuelta de la esquina" por radio La Desterrada. Coordinadora del ciclo de lecturas on-line "Lecturas en el tren". Columnista de literatura y cultura en medios gráficos y radiales. Fue corresponsal del diario La voz de Santa Cruz y de la Revista En acción de La Plata en la Ciudad de Córdoba. Además, fue miembro del Comité de Redacción y Editora del Boletín de Divulgación Científica de la Universidad Nacional de Córdoba. Dicta talleres de lectura y escritura. Notas de Soledad
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