• trenINSOMNE N° 21 - abril/junio
• Jimena Busefi
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Último paisaje, libro de cuentos que su autor, el escritor y psicólogo social Claudio Ramos, no llegó a ver publicado, se editó en marzo bajo el sello El Bien del sauce. Gracias al amor de su familia y al apoyo de Camilo Sánchez, quien fuera su editor y amigo, hoy podemos leer estos relatos que Ramos escribió con maestría y talento, y también apreciar las ilustraciones que aportan lo suyo para que este libro sea una verdadera belleza.

Premonitorio, el título anuncia lo que estaba sucediendo: su autor miraba los últimos paisajes de un mundo que empezaba a despedirlo y, tal como era su costumbre, lo hacía con templanza y hondura. Es que Claudio Ramos, más de una vez, percibía el trasfondo de las cosas con su capacidad de observar y su escucha implacable. En las situaciones y en las personas, vislumbraba siempre algo más. Captaba la esencia, como dijo Raly Haurat, periodista que más de una vez lo entrevistó en la radio. Y así, “captando la esencia”, construía personajes entrañables y trazaba argumentos poderosos que hacen que hoy sea justo decir que su oficio de narrador se había perfeccionado con el tiempo. Último paisaje reúne sus mejores cuentos; relatos que transitan, sin caer en la sordidez, por las zonas más oscuras del alma humana: la soledad, las traiciones, la venganza. Pero también por el amor y el desamor, la amistad y los sueños. Con una línea argumental unívoca, marcada por su pulso entrenado, sus cuentos nos llevan a la perplejidad y al asombro, mostrando un microcosmos habitado por hombres solitarios que caminan por los pasillos de un hospital abandonado o mujeres desesperanzadas y aturdidas que llegan a lo impensable por los retazos de una pasión. También, al recorrer las páginas de este libro, nos cruzamos con un mítico cantor de tango y con personajes de nuestra historia como Mariano Moreno, Evita, Maradona y Juan Domingo Perón. La pluma de Claudio Ramos, igual que una flecha precisa, da en el blanco y deja al lector impactado pero también ávido por quedarse, un rato más, en ese universo que deja entrever en cada historia, homenajeando a Hemingway y su teoría del iceberg: lo más importante no es lo que está en la superficie si no debajo. Y Claudio Ramos veía debajo del agua.

Pero qué difícil se hace hablar de su obra sin hablar de él, el inmenso ser que era, el enamorado de su familia (padre, abuelo, marido), el amigo leal, el compañero de taller que se hacía un rato para leer el texto de algún colega y aportarle una crítica siempre respetuosa y constructiva. Es difícil no hablar de su mirada noble, de su don de gente, de su estampa de buen tipo, de su escucha atenta, sus reflexiones y sus bromas. Alguna vez, la recordada Hebe Uhart dijo que la piedra de toque para medir al buen escritor es el diálogo. Más allá de sus diálogos literarios, que ya van a descubrir los lectores, Claudio Ramos tenía un arte innato para la buena conversación. Sintonizaba la señal de sus interlocutores y escuchaba lo que se desliza en los silencios y en lo “no dicho”. Además, siempre, indefectiblemente, en cada conversación con él, se hacía presente su sentido del humor que, tal como dijo su querido Camilo Sánchez, era inquebrantable.

Para muchos de los que lo conocimos, fue un maestro, sin dudas. Alguien que apostaba todo a la vida, convencido de que siempre hay que volver a empezar y “planificar la esperanza”, como solía decir citando a uno de sus referentes, Enrique Pichón Rivière. Alguien que incentivaba a “exorcizar fantasmas” a través de la escritura y a seguir batallando, contra viento y marea. Tal vez, entre tantos aciertos, le debemos también el habernos enseñado a persistir en el camino de aquello que elegimos y a trabajar, como trabajó él por este libro: con cierta premura, porque la vida pasa y ahí están los anhelos más genuinos, esperando que los hagamos realidad.

Invalorable legado nos dejó con este testimonio de su talento que nos confirma que la creación nos trasciende y que, tal como él predicaba, hay que valorar cada momento como si fuera el último. "Eso lo tenés que celebrar", le decía a quien compartiera con él una alegría o le contara un logro, por más pequeño que fuera. Y acá estamos celebrando la obra que nos dejó Claudio Ramos. Último paisaje nos da la oportunidad de seguir escuchando su voz que resiste y atraviesa el tiempo.

Jimena Busefi.Nació en Bs.As. en octubre de 1971. Es docente y escritora. Alguna vez, publicó una novela, Contra el revés del cielo (Grupo Ediciones del Árbol, 2010) y alguna vez, también, se animó a escribir teatro (sus obras Ausencias y ¿Qué día es, Azucena? fueron representadas en dos festivales de Teatro X La Identidad). Obtuvo menciones de honor y premios en distintos concursos de cuentos y en el año 2016 el Tercer Premio a la Producción Literaria (Género Poesía) en los Concursos Anuales de Arte de la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires, reconocimiento que la impulsó a publicar su primer poemario, Filósofa con brushing, con Peces de Ciudad Ediciones. Notas de Jimena

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