• trenINSOMNE N° 27 - octubre/diciembre 2022
• Jimena González Lebrero
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"De usted, en particular, ninguna; de los hombres, ésta: los juzgo tenaces, exigentes, apasionados, galantes y sumisos cuando les conviene serlo; después fríos, indiferentes, a veces crueles: unos grandes egoístas que todo lo quieren en provecho propio; lloran para que los amemos y nos hacen llorar cuando los amamos. ¡Nunca, nunca dan a las mujeres todo lo que de ellas reciben! … Lo mejor es pasarnos sin ustedes." “Alda”, Lucila Gamero Moncada de Medina

Sihuatán: Antología de cuentistas hondureñas es una colección compilada por Anarella Vélez Osejo que incluye once relatos escritos por autoras de diferentes épocas que denuncian, desde la narrativa, la condición femenina dentro de la sociedad patriarcal en Honduras. Ellas, desde fines del siglo XIX, luchan por transformar y desterrar el argumento de que las mujeres seamos excluidas simplemente por ser mujeres y prueban su participación, aunque silenciada por más de un siglo, en los procesos sociales centroamericanos. Fue recién a comienzos del siglo XXI que obtuvieron el valor literario merecido y sus voces fueron realmente tenidas en cuenta para analizar la cultura hondureña. Esta edición no sigue un orden desde la técnica narrativa, sino que uno cronológico.

La colección abre con el cuento Alda de Lucila Gamero Moncada de Medina (1873-1964), considerada una de las primeras escritoras hondureñas en alcanzar a producir, dentro del género novela, una obra sólida y de vanguardia. Publicó siete novelas y un libro de cuentos. En el relato seleccionado la autora aborda, a través de un personaje femenino independiente que rechaza la posibilidad de contraer matrimonio, el rol pasivo de la mujer en contraposición al activo masculino; es decir, el hombre actúa, la mujer se amolda. Asimismo, plantea el lugar de supuesta ingratitud de una mujer por rechazar a un hombre por el simple hecho de que él la elija.

Como segundo relato, la elección es "Mar de Fondo" de Paca Navas de Miralda (1883-1971), destacada activista por los derechos políticos de las mujeres. En este caso, además de también abordar la posición pasiva de la mujer, la escritora también habla sobre el salario desigual de las mujeres y las consecuencias de no aceptar el matrimonio como única salida.

En "El Diamante", Clementina Suárez (1902-1991), voz fundamental de la poesía hondureña de vanguardia, critica el valor que se le da a lo material a través de la historia de un hombre que tiene un diamante en su poder pero que descubre que, en realidad, dentro de la piedra preciosa hay carbón. Asimismo, podemos hacer una lectura sobre la crítica al valor desmedido de las apariencias por sobre lo realmente importante, el interior.

El cuarto cuento fue escrito por Emma Sarmiento Moya Posas (1910-1991), feminista y sufragista, y considerada una de las primeras mujeres periodistas de Honduras. En "Ñor Guzmán", la autora nos traslada a un ámbito rural hondureño en donde las supersticiones y los fantasmas son parte de la vida cotidiana.

Argentina Díaz Lozano (1912-1999) fue una novelista y periodista hondureña, y la única mujer centroamericana en ser reconocida como candidata al Premio Nobel de Literatura en el año 1970. En su cuento "La niña Prisca", como en su narrativa en general, la escritora crea un personaje femenino autosuficiente que dice lo que piensa, aunque la consecuencia sea la absoluta soledad.

TEsta primera parte de la antología está formada por voces de las primeras generaciones de escritoras hondureñas, todas ellas feministas, luchadoras y activas participantes de la denuncia por los derechos de las mujeres. Si bien silenciadas en su momento, son todas piezas clave de una lucha que comenzó hace décadas y todavía hoy continúa.

Como primera elección de narradoras de las generaciones más recientes, nos encontramos con la escritora y editora hondureña María Eugenia Ramos (1959), quien estudió magisterio, periodismo y literatura. En su relato "La Partida", la autora crea dos personajes unidos por la orfandad quienes, a causa de un temblor, deben separarse. Asimismo, considerando la fuerte presencia de la iglesia católica en Honduras que condena la ruptura del matrimonio, podemos hacer una lectura sobre la importancia de la búsqueda de la felicidad, aunque ese camino involucre una separación.

Waldina Mejía Medina (1963), poeta, narradora y lingüista hondureña plantea, en su cuento “Doña Corazón”, los conflictos matrimoniales, y critica la naturalización de la infidelidad por parte de los hombres y el supuesto comportamiento que debe seguir una mujer casada ya que es su responsabilidad mantener a su marido a su lado. Dos personajes femeninos, una entre lágrimas y otra experta en la materia, planean cómo hacer para retener al marido de una de ellas antes de que sea demasiado tarde, es decir, antes de que la amante, siempre más joven, quede embarazada.

El personaje del cuento "De una mujer a quien le gustaba dormir" de Rocío Tabora (1964), psicóloga y experta en género, es una mujer que lleva una vida monótona en un mundo donde predomina el odio y la violencia, y hay una justicia que ignora los abusos y las muertes, en otras palabras, una justicia inexistente.

Casi llegando al final de la colección, Lety Elvir (1966), poeta, narradora y ensayista hondureña habla sobre la militancia y la persecución política en su cuento "Alicia e Inés en el País de los Tucanes". Utilizando la magia como paralelismo, la escritora critica la desaparición de personas que luchan por una vida con más derechos humanos.

Para cerrar la antología, la compiladora eligió un cuento de la escritora, investigadora y activista feminista Jessica Mariela Sánchez Paz (1974) quien, en su relato “Punto G” aborda la sexualidad femenina. El personaje está en proceso de descubrir su propio cuerpo y, a través de su búsqueda de su punto G, desafía a ese dios que no perdona y condena la masturbación y las relaciones sexuales prematrimoniales que no tienen como fin la reproducción sino el simple placer sexual.

Sihuatán: Antología de cuentistas hondureñas es una selección de cuentos excelente que visibiliza la realidad de las mujeres hondureñas tomando en cuenta el ambiente social como condicionante y que plantea la necesidad de corrernos del lugar de “entes pasivos per se”. Nunca debería ser una opción, ya que imposible, que no se tomen en cuenta los aportes y las voces que cuentan las experiencias femeninas para analizar la historia de un país. “La edición de esta antología, preparada por Anarella Vélez Osejo, constituye un particular aporte a la visibilización del trabajo literario de las narradoras hondureñas.”

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Jimena González Lebrero.Jimena González Lebrero nació en Buenos Aires en 1983. Es Licenciada en lengua y literatura inglesa, traductora, profesora de inglés y astróloga. Hace 14 años que se desempeña como docente en escuelas secundarias, y actualmente también trabaja como correctora y traductora freelance. Esbookstagrammer y maneja una librería virtual que fundó en honor a su mamá, Las Orquídeas de Dolores. Notas de Jimena

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