Alegoría 3.0 - Pamela Iturriza
Una historia distópica, donde los aparatos electrónicos han tomado control de nuestra vida, una visión muy parecida a la realidad en este texto de Pamela IturrizaAlenka y Jakub estaban recostados en la cama. Él, se había quedado dormido. Ella, sosteniendo su Smartphone entre las manos, interactuaba en redes sociales. Los pitidos de las notificaciones sonaban sin cesar. De manera intempestiva, un montón de luces multicolor salieron de la pantalla, el aparato se la tragó.
-Hola bienvenida! - Dijo una voz.
Alenka abrió los ojos y miró a su alrededor. - ¿Dónde estoy? - preguntó confundida. El ambiente, tenía el aspecto de ser una caja enorme y negra vista desde su interior.
La voz continuó, - ¡Alenka! escucha con atención. Tu rol es esencial en esto, tu participación es crucial. Deberás superar una serie de desafíos, tu misión es vencer esta prueba.
Mientras escuchaba, Alenka recorría el lugar encontrando circuitos, teclas y algunos botones.
Luego de una breve pausa, la voz indago. - ¿Tienes alguna pregunta?
Alenka, en tono de reclamo dijo - ¿qué decís?,¿dónde estoy?,¿qué pasó?,¿cómo llegué acá?
-Estas dentro de tu Smartphone me perteneces. - Sentenció la voz que parecía divertida. Luego agregó.
-Bien, estos son los desafíos:
Primer desafío: Deberás incrementar tu número de seguidores de Instagram hasta alcanzar los 5000.
Segundo desafío: Deberás aumentar la cantidad de likes en tus fotos para que tu feed esté siempre arriba.
Tercer desafío: En TikTok, deberás incrementar por semana el promedio de vídeos subidos en un 50%.
Cuarto desafío: Si cumples con los anteriores, el número de comentarios en tus publicaciones va a aumentar. Es tu deber darle like a todos y cada uno de ellos antes de los 30 segundos de recibirlos. Además de responderlos.
Quinto desafío: ...
-BASTA! - Grito Alenka furiosa interrumpiendo a su interlocutor. - ¿Qué es toda esta pavada? no quiero hacer nada de lo que me pedís, me quiero ir. ¿Con qué objeto me ocuparía de cumplir con tus desafíos vacíos?
- ¿Te parecen vacíos Alenka?
-Pero claro! vacíos, inútiles, estériles…
-Interesante punto de vista- Dijo la voz con ironía.
De pronto, uno de los laterales del ambiente se iluminó. Alenka, vio del otro lado la cara de desconcierto de Jakub, quien mantenía una conversación por video-llamada.
-Hola Lu! - ¿Sabes algo de Alenka? Me acabo de despertar, no está en casa y dejó su celular.
Alenka, tenía frente a ella los ojos de Jakub que la miraban sin verla. Desesperada, no hacía más que gritar su nombre, pero pronto se sintió desalentada, él no la escuchaba.
-Es injusto, ¿porque me haces esto? - dijo Alenka abatida.
- Esto puede terminar en cuanto vos lo decidas.
- ¡¿Sí?! Pues bien, lo decido ahora mismo ¡que termine ya!
-Excelente decisión. - Dijo la voz en tono de aliento- Pero, recuerda: toda decisión debe ser acompañada de una adecuada acción.
- ¿Y eso qué significa? - preguntó Alenka con la rabia de la desesperación.
Los días y las horas pasaban, y ella seguía atrapada. Alenka podía ver del otro lado cómo Jakub la buscaba sin cesar. Él, se ocupaba de mantener siempre el teléfono encendido, por si recibía alguna noticia. A veces, se quedaba mirando la pantalla cómo esperando encontrar allí alguna respuesta. Ella insistía en llamarlo a los gritos, pero él seguía sin escuchar. Pensaba en aquello que había dicho la voz de su Smartphone, “toda decisión debe ser acompañada de una adecuada acción”. No comprendía, pero pensó que debía hacer algo. Entonces, comenzó a probar, primero con cumplir todos y cada uno de los desafíos que se le habían planteado al inicio. Pero, lo único que conseguía era que su Smartphone redoblara la apuesta, re iniciando la prueba. Luego, intentó usar los botones del teclado para escribir algún mensaje de auxilio que pudiera ser leído por Jakub, pero tampoco funcionó. Muy enojada, intentó destruir los circuitos internos del aparato. Ante el fracaso, se entregaba a gritar y dar golpes con sus puños hasta quedarse dormida de tanto llorar. Y todo seguía igual, los desafíos y esa misma voz que no hacía más que repetir la misma frase enigmática: “toda decisión debe ser acompañada de una adecuada acción”.
Alenka intentó todo y cuanto estuvo a su alcance. Lo único que no se le ocurrió jamás fue presionar el botón de apagar.
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