Una vida / Una mujer, una vida: Maupassant y Brizé se unen a través de una obra de gran actualidad

Stéphane Brizé lleva adelante la adaptación del clásico de Guy de Maupassant, en una obra atemporal .
Una vida - Guy de Maupasant

Existen novelas que atraviesan el tiempo sin que se modifique su esencia, sin perder la actualidad de sus planteos, de sus reproches, de sus críticas. Hay textos que sobreviven sin que sus personajes y sus historias se vuelvan antiguos, pasados de moda, ridículos. Entre estos libros podemos nombrar, sin temor a equivocarnos, “Una vida” del autor francés Guy de Maupassant quien en 1883 contó la historia de una mujer y sus infortunios, la que hoy -ciento treinta años después- sigue manteniendo su actualidad y su pertinencia con respecto a la realidad que viven miles de mujeres en el mundo occidental.

Esta atemporalidad es la que permitió al director francés Stéphane Brizé llevar adelante una adaptación cinematográfica que logra quitar la etiqueta de cine de época, dejando esta clasificación para los decorados y el vestuario, y haciendo de la trama un planteo crítico ante la situación de la mujer frente a las convenciones sociales que tanto en el mil ochocientos como en el presente, pretenden encorsetarla.

Una mujer, una vida - Stéphane Brizé

“Una vida” fue considerada por el gran escritor ruso León Tolstoi como la mejor novela francesa después de “Los miserables”, dándole así un gran espaldarazo a la primera obra publicada del principal discípulo de Gustave Flaubert, el reconocido y admirado autor de “Madame Bovary”.

Jeanne, la protagonista, es una joven ingenua, llena de sueños, atrapada y movida por sus emociones, las cuales la llevan a momentos de ensoñación que logran despertar en ella los sentimientos más profundos y contradictorios. Con diecisiete años ha dejado atrás el convento donde fue educada y regresa a su hogar con sus padres -quienes lo dan todo para complacer y hacer feliz a su hija- deseando y añorando un amor que aún no conoce, pero por el cual ya suspira y sufre. La joven Jeanne vagabundea tanto físicamente como con sus pensamientos, los cuales van sin destino fijo de un lugar a otro de sus ilusiones, mientras el hombre que se convertirá en su marido aparece y encandila tanto a la madre como a la hija con sus aires de gran señor.

A través de múltiples y destalladas descripciones de los escenarios donde la vida de los protagonistas va tomando forma, con lenguaje poético y colmado de metáforas, Maupassant lleva al lector hasta el mismo lugar de los acontecimientos. Un estilo barroco de escritura llena de detalles sobre las cosas, los momentos y los espacios, que a quienes no están acostumbrados a este tipo de lectura puede resultar excesivo, pero que si le tienen paciencia podrán disfrutar de un texto lleno de matices, colores y sensaciones que permiten al lector adentrarse en una trama compleja y profunda. Una trama donde las emociones están a flor de piel y juegan malas pasadas a los personajes quienes toman decisiones bajo su influjo para sufrir sus consecuencias por el resto de sus vidas. La desilusión se apodera de los sentimientos, la tristeza por el sueño destruido, un sueño pueril, fantasioso, creado a partir del total desconocimiento y de las ilusiones basadas en los vacíos comentarios sobre el amor de quienes la rodean y de las novelas consumidas con fervor.

Una mujer, una vida - Stéphane Brizé

Nuestra protagonista vuelve de su luna de miel con dolor y profundo miedo por las reacciones inéditas y desconocidas de su marido, quien se ha vuelto en poco tiempo un hombre brusco y avaro, tomando como propio el dinero de su esposa, volviéndose hosco y violento en sus relaciones cotidianas, y cuya ternura y pasión por la mujer con quien se ha casado desaparecieron en un mar de maltrato y abandono.

Y así transitará Jeanne su vida adulta, llena de engaños y maltratos, haciendo desaparecer su alegría adolescente, encerrándose en sí misma, en su soledad y desamparo y siendo acosada y maltratada por los numerosos hombres que de una u otra forma transitarán por su vida, tratando de imponer sus deseos y necesidades sobre las de la protagonista a cualquier precio.

Brizé toma la obra de Maupassant y logra acercar al público lo que el autor lleva adelante en su novela. La felicidad e ilusión iniciales dan paso a la angustia y el dolor de la protagonista, los que claramente se ven en la excelente actuación de Judith Chemla en la piel de Jeanne, quien logrará transmitir el desmoronamiento interno que sufre la joven hasta convertirse, a muy temprana edad, en un despojo de lo que fue. Acompañada por los grandes actores franceses Jean-Pierre Darroussin y Yolande Moreau como sus padres y Swann Arlaud como el marido desamorado, Chemla lleva sobre sus espaldas la mayor parte de la historia y de la presentación en pantalla, incluso a través de los monólogos internos con los cuales va narrando al espectador sus sueños y decepciones.

Aprovechando la belleza de la campiña francesa la excelente fotografía, bajo la dirección de Antoine Héberlé, convierte el espacio en un personaje más, influyendo de manera decisiva, y en ocasiones violenta, en los protagonistas.

Dos experiencias artísticas que se dan la mano, ofreciendo tanto al lector como al espectador, un disfrute estético que, combinado con un sacudón emocional, dejará a quien se atreva a ser parte de esta historia con el alma llena.

Tanto Maupassant como Brizé han querido terminar sus obras con un dejo de esperanza, repitiendo el director la frase que el gran novelista utiliza para finalizar su novela: “…la vida nunca es ni tan buena ni tan mala como nos creemos”.

"Una mujer, una vida" estreno en Argentina: 10 de agosto



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Soledad Hessel.Editora/Redactora de trenINSOMNE. Periodista. Siempre supo que las palabras eran lo suyo. Escribe y lee desde que recuerda y tiene una pasión por los libros como objetos de culto. Conductora del programa radial "A la vuelta de la esquina" por radio La Desterrada. Coordinadora del ciclo de lecturas on-line "Lecturas en el tren". Columnista de literatura y cultura en medios gráficos y radiales. Fue corresponsal del diario La voz de Santa Cruz y de la Revista En acción de La Plata en la Ciudad de Córdoba. Además, fue miembro del Comité de Redacción y Editora del Boletín de Divulgación Científica de la Universidad Nacional de Córdoba. Notas de Soledad