Siempre supe que volvería a verte, Aurora Lee - Eduardo Lago
Buscando reconstruir la última novela de Nabokov, dos escritores protagonizan una novela cuyo personaje principal es la literaura
Abordar las novelas de Eduardo Lago es ingresar a un mundo donde la literatura es el principio y el fin de todo, la razón por la cual estas historias fueron llevadas al papel por el autor español.
En "Siempre supe que volvería a verte, Aurora Lee" (Malpaso/2013) un novelista encuentra en una librería del East Village neoyorquino un ejemplar de "El original de Laura", la inacabada última novela del escritor ruso Vladimir Nabokov. El libro está compuesto por facsimiles de las fichas de escritura que utilizaba el autor para armar sus novelas. Benjamin Hallux -el novelista en cuestión - se obsesiona, luego de varias lecturas, con este texto y con la idea de encontrar en esas fichas que parecen haber sido escritas en forma aleatoria y, en algunos casos, sin mucho sentido, la historia, la novela que hay detrás de tantas palabras inconexas. Para alcanzar su propósito Hallux se pone en contacto con un "escritor fantasma" (un escritor que se dedica a escribir libros que serán firmados por otros) de gran trayectoria que ha tenido a su cargo la producción de numerosos y destacados best sellers: Stanley Marlowe.
Marlowe tiene entre manos numerosos proyectos, incluyendo la autobiografía de un magnate de los juegos en línea, Arthur Laughton, y una novela corta de su autoría de la que no tendremos noticias hasta el final del libro. Si bien estos trabajos parecen, a simple vista o mejor dicho a simple lectura, no tener, al igual que las fichas de Nabokov, ninguna conexión entre sí, veremos a lo largo de esta historia, escrita magistralmente por Lago, cómo van entrelazándose e influenciándose las unas a las otras.
Y de esta manera Hallux y Marlowe se embarcan en la difícil, pero apasionante, tarea de desentrañar lo que Nabokov intentó hacer con con esta última novela, buscar el significado y la historia que se esconden entre esas fichas que tienen un orden cronológico pero no literario, y que no conforman, en una primera lectura, una historia lógica.
Esta idea de recomponer, de recuperar de la destrucción o el abandono una idea, de terminar de escribir una historia que su autor original no pudo o no quiso finalizar es una constante en Eduardo Lago. En "Llámame Brooklyn" (2006, Premio Nadal de ese año) Néstor, el protagonista, intenta reconstruir una novela titulada “Brooklyn” que un amigo suyo ha dejado inconclusa con su muerte, y en “Ladrón de mapas" (2008) una mujer llamada Sophie encuentra unos relatos anónimos y cree descubrir en la escritura a un hombre con el que se relacionó años atrás. En estas dos novelas nuevamente le punto de partida es la escritura incompleta, abandonada, con enigmas a descifrar que obligan a la investigación, a la búsqueda de estructuras y de formas literarias que permitan la recomposición del texto.
Además de ser una novela con una historia central y protagonistas destacados, Lago trae a la narración guiños y elementos literarios que caracterizan y son emblemas de géneros literarios o épocas determinadas y que aparecen en la vida cotidiana. Si a esto le sumamos personajes tan extravagantes como un perro editor que huele best sellers y destroza con sus dientes aquellos manuscritos que no tienen este destino, o una "Lolita" un tanto diabólica obsesionada con Nabokov y su personaje más reconocido y emblemático que sería capaz de cometer un crimen con tal de alzarse con cualquier manuscrito o documento que tenga relación con su adorado autor, o un escritor fantasma que sospecha que desaparecerá misteriosamente en algún momento de este proyecto, para luego efectivamente desaparecer y seguir comunicándose de alguna manera sobrehumana con quienes han quedado por aquí, "Siempre supe que volvería a verte, Aurora Lee" es una novela que oscila entre un policial y un tratado de literatura. Un tratado que enseña sobre literatura de calidad no sólo a través de lo que cuenta y los datos, sino también de los recursos literarios que utiliza Lago a la hora de escribir una obra fascinante y atrapante.
Soledad Hessel.Editora/Redactora de trenINSOMNE. Periodista. Siempre supo que las palabras eran lo suyo. Escribe y lee desde que recuerda y tiene una pasión por los libros como objetos de culto. Columnista de literatura y cultura en medios gráficos y radiales. Fue corresponsal del diario La voz de Santa Cruz y de la Revista En acción de La Plata en la Ciudad de Córdoba. Además, fue miembro del Comité de Redacción y Editora del Boletín de Divulgación Científica de la Universidad Nacional de Córdoba. Notas de Soledad