El profesor del deseo / Philip Roth
Recordamos al escritor fallecido en mayo con una reseña de su novela "El profesor del deseo"
El 22 de mayo falleció el escritor estadounidense Philip Roth. Con una vasta y multipremiada obra marcó un camino en la literatura estadounidense. Eterno candidato al Nobel, tras su muerte se bromeaba sobre el hecho de que haberse muerto en el año en que la entrega del Nobel de Literatura fue cancelado debido a las denuncias por acoso sexual y abuso de su posición por parte del marido de la directora de la academia sueca de literatura, era una más de las provocaciones que Roth acostumbraba a través de sus textos.
Tener en la mano un libro de Philip Roth es garantía de buena lectura. No importa si es uno de los iniciales donde la ficción es el elemento principal de la narración o alguno de los últimos donde toma elementos de su propia biografía para ficcionalizarlos y crear una obra de autoficción como se llama ahora a este género tan antiguo como la literatura misma.
En “El profesor del deseo”, primero de sus libros que llegó a mis manos, crea una novela inteligente donde se pregunta sobre la gran dicotomía que suele plantearse el ser humano ante el placer: buscarlo y, a la vez, huir de él.
Esta novela es la segunda parte de una trilogía (completada por “El pecho” y “El animal moribundo”) protagonizada por David Kepesh, un joven formal, solitario, consagrado al estudio de la literatura europea, quien se debe enfrentar a problemas en el mundo real ante los cuales todo su bagaje cultural se le vuelve en contra más que ayudarlo a encontrar una solución.
El principal temor de Kepesh es el compromiso. No puede relacionarse con alguien más debido a, entre otras cosas, un fracaso matrimonial. Kepesh vive obsesionado por el sexo desde sus tiempos de estudiante, una abstinencia forzada durante la juventud y un cúmulo de experiencias desenfrenadas en Londres, sumado a su fracaso matrimonial y la soledad de la que no quiere separarse sólo son nuevas muestras de la incapacidad del protagonista de relacionarse profunda y sinceramente con alguien, de comprometerse como decía más arriba.
Y si bien, algunos podrían decir que esta es una novela más de Roth, donde repite personaje y fobias, es imposible salir de un libro de este autor siendo el mismo que lo inició. Roth obliga al lector -aunque este no lo quiera y hasta se niegue- a pensar, a mirar en su interior, a preguntarse y replantearse relaciones y situaciones de la vida a partir de las preguntas, las dudas y las obsesiones del personaje.
En alguna nota leída al momento de acercarme a este texto decía -y me quedó grabado- que lo peor del libro era que la desorientación del protagonista podía llegar a contagiar al lector. Y eso es algo que Roth hace maravillosamente, relacionar a sus personajes y a los lectores de tal manera que los sentimientos y las emociones de uno afectan profundamente al otro.
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Soledad Hessel.Editora/Redactora de trenINSOMNE. Periodista. Siempre supo que las palabras eran lo suyo. Escribe y lee desde que recuerda y tiene una pasión por los libros como objetos de culto. Co-conductora del programa radial "Nunca se sabe" por radio La Desterrada. Columnista de literatura y cultura en medios gráficos y radiales. Fue corresponsal del diario La voz de Santa Cruz y de la Revista En acción de La Plata en la Ciudad de Córdoba. Además, fue miembro del Comité de Redacción y Editora del Boletín de Divulgación Científica de la Universidad Nacional de Córdoba. Notas de Soledad