Efectos colaterales - Adriana Yankelevich
La confianza ciega como red de salvataje puede ser una soga que termine ahogando y nublando nuestra vista ante la realidad. En la primera novela de Adriana Yankelevich, el levantar la voz es la forma de que las vendas se caigan
¿Cómo enfrentamos la verdad cuando esta destrozará la vida que construimos? ¿la aceptamos a pesar de todo o la negamos para mantener nuestro pequeño castillo en el aire? Ante esta encrucijada se encuentra la protagonista de “Efectos colaterales” (Aurelia Rivera/2021) la primera novela de Adriana Yankelevich, frente a una revelación que pone en juego toda una vida, que la obliga a mirar a quienes la rodean de otra manera, profunda, inquisitiva, dolorosa.
Nadia se jubiló. Después de muchos años de ejercer como docente decidió que era momento del descanso, de llevar adelante esos sueños y proyectos que fueron quedando en el tintero, de pasar más tiempo y compartir otros momentos con Oscar, su marido. La primera mañana es luminosa, tranquila, como en cámara lenta, ya no hay apuro ni horarios que cumplir. Ese día, en su primera salida como jubilada, tomará el té con Valeria, su amiga, su pitonisa, aquella que en su adolescencia le auguró, a través de las cartas de tarot, una vida llena de luz que iba a apagarse enfrentando una profunda oscuridad.
La vida de Nadia va apareciendo ante nuestros ojos en su propia voz, las idas y vueltas en el tiempo nos muestran sus alegrías y tristezas, sus sueños y desilusiones, su día a día con Oscar en el cual un secreto los separa, un secreto que Nadia no podrá nunca sonsacar a su marido. El pasado de este hombre, llegado desde Uruguay, es una incógnita. Y entre tanto, Valeria suena como una alarma constante que Nadia no quiere escuchar, hay algo que no cierra y Valeria lo sabe, pero los oídos de su amiga están cerrados a todo aquello que pueda empañar su felicidad.
Pero una voz se alza dejando el miedo atrás y todo se desmorona, aquello que Nadia construyó desaparece como la imagen en una foto vieja. La revelación desteje punto a punto la red que tejió a lo largo de más de cuarenta años junto a su marido y que sirvió de sostén para la vida en común, para la falta de hijos, para la cotidianeidad, para el amor. Una red que se diluye y se escurre entre los dedos dejando a la protagonista desnuda frente al mundo, a su mundo.
Con una narradora en primera persona que nos muestra página a página su vida, retrocediendo en algunos momentos para traer al presente parte de sus memorias, y el desmoronamiento de esta, que busca en el lector sostén más que cómplices, que pone sobre la mesa todas las cartas, aunque sean navajas, Adriana Yankelevich construye una novela dolorosa, que refleja una realidad que hoy conocemos gracias a los velos que las mujeres logramos, gracias al apoyo de otras mujeres, descorrer. La violencia de género, el abuso, la impunidad, los encubrimientos con los que hemos convivido por años van viendo la luz gracias a las voces que surgen y ya no callan.
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Soledad Hessel.Periodista. Siempre supo que las palabras eran lo suyo. Escribe y lee desde que recuerda y tiene una pasión por los libros como objetos de culto. Editora y redactora de la revista cultural trenINSOMNE. Directora Editorial de Trapezoide Ediciones. Conductora de trenINSOMNE Podcast por radio La Desterrada. Coordinadora del ciclo de lecturas on-line "Lecturas en el tren". Columnista de literatura y cultura en medios gráficos y radiales como Infobae, Solo tempestad, CQAP.info, Veo Maravillas, entre otros. Dicta talleres de escritura y de lectura y Clínica de Obra. Condujo el programa radial "A la vuelta de la esquina" por radio La Desterrada. Fue corresponsal del diario La voz de Santa Cruz y de la Revista En acción de La Plata en la Ciudad de Córdoba. Además, fue miembro del Comité de Redacción y Editora del Boletín de Divulgación Científica de la Universidad Nacional de Córdoba. Notas de Soledad
