• trenINSOMNE N° 20 - enero/marzo 2021
• Soledad Hessel
• Estación Central

El 25 de enero de 1882 nació en Inglaterra Virginia Woolf, escritora imposible de encasillar, tan vigente hoy como hace ochenta años

Continuar hablando sobre la inspiradora y trascendental escritora, ensayista y editora que fue Virginia Woolf, olvidando la vida de la mujer detrás de la profesional es seguir dejando de lado uno de los aspectos más importantes que hizo que su obra trascendiera su época. Ese elemento que permite que, más allá del tema concreto que tratara, sus lectores podamos identificarnos con alguno de sus personajes de ficción, o veamos sacudidos nuestros cimientos intelectuales tras leer sus ensayos, los que nos hicieron mirar de otra manera algunos aspectos de la realidad.

La vida privada y personal de Woolf no fue sencilla ¿esto habrá despertado en ella una sensibilidad que le permitía ver el mundo con mayor profundidad y claridad, reconociendo algunos aspectos de la personalidad humana que hicieron que sus textos fueran universales?

Adeline Virginia Stephen nació el 25 de enero de 1882 en Sussex, Inglaterra (tomó como propio el apellido de su marido Leonard Woolf a partir de su casamiento en 1912). Hija de Julia Jackson y Leslie Stephen, perdió a su madre con apenas trece años y a los veintidós quedó huérfana tras la muerte de su padre. Habló de sufrir acoso en su infancia y adolescencia, algunos biógrafos van más allá y hablan de abuso sexual. Podríamos hablar de sus relaciones amorosas (entre las que se incluyen su marido y la también escritora y poeta Vita Sackville-West); de sus ensayos feministas que aún siguen siendo un faro; de sus fuertes depresiones que se convirtieron en voces en su cabeza que la terminaron llevando al suicidio; de su terror a que los alemanes llegaran hasta su casa en plena Segunda Guerra Mundial (Leonard era de origen judío).

Hablar de todo eso podría llevarnos a buscar etiquetar, poner dentro de una caja a una mujer que no podría ser encasillada. Su curiosidad, su necesidad imperiosa de leer, escribir y descubrir nuevos textos y autores la hicieron una persona en búsqueda permanente. Y los resultados de sus análisis e introspecciones se encuentran en sus textos, tanto en los de ficción como en los ensayos y también en su prolífica correspondencia y sus diarios personales. Sus personajes, a través de monólogos y disquisiciones internas, van marcando las idas y vueltas de la mente creativa de su autora, reflejando algunas de sus más profundas inquietudes.

“Mrs. Dalloway”, “El cuarto de Jacob”, “Orlando”, “Al faro”, “Las olas” aprovechan la ficción para mostrar elementos de la realidad -y de la cotidianeidad de la autora, quien refleja en sus personajes algunos de sus vínculos más íntimos- que de otra forma resultarían profundamente inquietantes. La ficción es un refugio, tanto para quién escribe como para quien lee.

Escritora de vanguarda, analista minuciosa del mundo artístico de su época, observadora crítica de la realidad política y social en la que vivía y de la que muchas veces deseó escapar, Virginia Woolf sigue, a casi ochenta años de su muerte -que se cumplen el próximo 28 de marzo- tan vigente como en el momento en que tomó su pluma y escribió cada una de las palabras que hoy seguimos leyendo.

Soledad Hessel.Editora/Redactora de trenINSOMNE. Periodista. Editora. Gestora Cultural. Siempre supo que las palabras eran lo suyo. Escribe y lee desde que recuerda y tiene una pasión por los libros como objetos de culto. Conductora del programa radial "A la vuelta de la esquina" por radio La Desterrada. Coordinadora del ciclo de lecturas on-line "Lecturas en el tren". Columnista de literatura y cultura en medios gráficos y radiales. Fue corresponsal del diario La voz de Santa Cruz y de la Revista En acción de La Plata en la Ciudad de Córdoba. Además, fue miembro del Comité de Redacción y Editora del Boletín de Divulgación Científica de la Universidad Nacional de Córdoba. Dicta talleres de lectura y escritura. Notas de Soledad