Foto: © Paola Agosti

Jorge Luis Borges nació el 24 de agosto de 1899 en la ciudad de Buenos Aires. Hijo de Jorge Guillermo Borges, abogado, y de Leonor Acevedo Suárez, quienes supieron apoyar a su hijo y acompañarlo sin descanso en ese camino intelectual que comenzó muy joven: a los trece años publicaba “El rey de la selva” su primer cuento.

Entre 1914 y 1921, la familia Borges se instala en Europa, viviendo en Ginebra hasta el 18 y a partir de ese año en distintas ciudades como Mallorca, Paris, Barcelona. Mientras los Borges viven en Ginebra, Jorge Luis cursa el bachillerato y descubre ahí a numerosos autores que influyen sobre él y marcan su pensamiento, como Carlyle, Chesterton, Schopenhauer y Nietszche. También se siente atraído por la revolución bolchevique que estalla en Rusia en 1917. Se acerca, también en esta época, a Romain Rolland, Walt Whitman, y a los autores argentinos Hilario Ascasubi, José Hernández y Eduardo Gutiérrez.

Una vez llegados a España, Borges se acerca a los poetas españoles y a las corrientes artísticas de vanguardia. Se relaciona con jóvenes autores españoles, colabora con las revistas Grecia y Reflector, y busca promover el ideario ultraísta entre los jóvenes de su círculo.

Mil novecientos veintiuno es el año del regreso de la familia a Argentina, y el escritor redescubre su ciudad y comienza a escribir poemas donde se vislumbran los temas que lo caracterizarán: l patio, los arrabales, las calles de extramuros, el malevo, el culto del coraje. EN la revista Nosotros publica el Manifiesto Ultraísta y, bajo la dirección de Macedonio Fernández funda, junto a otros jóvenes escritores varias revistas. En noviembre de ese 1921 aparece el primer número de la mítica revista Prisma, publicación mural que llevará las ilustraciones en xilografía de su hermana Norah.

Fue parte del Grupo Florida (grupo cultural que se contraponía con el de Boedo, en el cual participaron Álvaro Yunque, Roberto Arlt, Cátulo Castillo, entre otros), donde compartía charlas y discusiones con Oliverio Girondo, Leopoldo Marechal, Ricardo Güiraldes y Norah Borges. Este grupo se caracterizó por la búsqueda de innovaciones vanguardistas relacionadas con las formas, como el cuestionamiento a la métrica y la rima en la poesía, y apoyaron las corrientes de vanguardia europeas de la época, como el surrealismo, el dadaísmo y el ultraísmo. En 1924, el Grupo Florida funda la mítica revista literaria Martín Fierro, en la cual escribieron miembros de ambos grupos. Años después, en una entrevista, el mismo Borges decía que la rivalidad con el grupo Boedo era simplemente una broma.

En 1925 conoce a Victoria Ocampo, comenzando una relación difícil debido al carácter fuerte de ambos, pero fructífera en lo literario. En ese mismo año publica “Luna de enfrente”, su segundo libro de poesía, e “Inquisiciones”, el primero de ensayos que tuvo una gran y positiva repercusión. Entre 1926 y 1930 publica varios libros que recibieron importantes premios (“El tamaño de mi esperanza”, “El idioma de los argentinos”, “Cuaderno San Martín” y “Evaristo Carriego, biografía y otros ensayos”) y numerosos artículos en varios medios de los que es colaborador.

Mil novecientos treinta será también un año clave en su vida y su carrera, ya que conoce a Adolfo Bioy Casares a quien lo unirá una larga y profunda amistad y trabajarán juntos tanto en la realización de antologías literarias como en obras de ficción escritas a cuatro manos que aparecerán bajo los seudónimos de H. Bustos Domecq y B. Suárez Lynch.

Durante los años siguientes, Borges escribirá y leerá en forma compulsiva, hasta que una indicación médica le prohibirá hacerlo en 1956. Esta orden no lo afectará en su producción ya que aprenderá a componer sus textos de memoria y comenzará a dictárselos a personas allegadas, y tendrá siempre a su lado a algún amigo dispuesto a leerle.

Clases, charlas, nuevos libros, premios y condecoraciones lo acompañaran a lo largo de los años. Eterno candidato al Premio Nobel, recibió el Cervantes, el premio más importante de la lengua hispana, en 1980.

Luego de haber sentido en carne propia la represión de las ideas políticas (en 1946 es desplazado de su cargo en la Biblioteca Municipal de Buenos Aires y nombrado inspector municipal de aves y conejos como represalia por haber firmado algunos manifiestos antiperonistas) , en 1979 condena la represión política argentina que ejercía la dictadura, a través de entrevistas y mediante un manifiesto firmado junto con Ernesto Sábato y en 1981 firma, con Adolfo Pérez Esquivel y otros destacados miembros de la sociedad, una declaración en la que se solicita del gobierno militar argentino "la vigencia del estado de derecho y el pleno imperio de la Constitución".

En noviembre de 1985 viaja a Ginebra, donde morirá el 14 de junio de 1986.