En el cuento “”El zorro y la bestia”, escrito por Laura Gallego, nos encontramos con la Bestia, clásico personaje de quien fuera un joven hermoso y deseado por las mujeres de su pueblo, que logra conquistar a la princesa del reino y ha sido encantado, aparentemente sin saber por qué, y convertido en una bestia físicamente horrible y terriblemente triste, lo que lo vuelve violento. Al contrario de la historia clásica, quien viene en su ayuda en un primer momento es un zorro quien además es un ser sobrenatural que puede cambiar su forma en función de sus deseos y necesidades. De la mano de este zorro llegará, al final de la historia, la bella, en cuerpo de hada, intentando devolver al joven protagonista su forma y sus sentimientos originales.

El segundo cuento, “Anabella y la Bestia”, escrito por Benito Taibo, cambia en profundidad la historia clásica y aquí la bestia no es una persona sino el tren que utilizan los mexicanos que quieren llegar a la frontera de Estados Unidos y cruzar buscando un futuro mejor. “La Bestia” es como llaman a ese monstruo de metal que puede llevar a la salvación o matar en el camino, en plena vía. Luego de perder a su madre y a su gran amor adolescente, Anabella busca alcanzar el sueño de su progenitora de cruzar al gran país del norte buscando una vida mejor. Así es como con lo poco que tiene, ya que el escaso dinero que entraba en su casa era atesorado para cumplir este sueño, la joven parte en busca de la bestia, viviendo experiencias que la marcarán para toda la vida.

Finalmente, “Al cruzar el jardín”, el cuento firmado por Javier Ruescas es una historia de ciencia ficción donde la bestia es el afuera. El protagonista es un joven encerrado en un castillo, lleno de elementos de seguridad para evitar que los de afuera, el enemigo en palabras de su padre, puedan entrar en la fortaleza y matarlo. El joven lleva años solo hasta que una muchacha cae en una de sus trampas y la toma como prisionera. Esta joven le hará ver que el afuera no es tan malo como él cree, pero pondrá su vida en peligro.

En las tres historias que forman “Por una rosa”, es el amor más allá de lo que cada uno puede ver con sus propios ojos, lo que salva a quien no logra encontrarse a sí mismo.

“El corazón de la bestia” – Brie Spangler

Dylan es el protagonista de la primera novela juvenil de Brie Spangler. Este adolescente de quince años, que mide casi dos metros, pesa más de cien kilos y tiene vello en todo su cuerpo acaba de caerse del techo de su casa y romperse una pierna. La gran pregunta que todos se hacen es ¿realmente se cayó? Ante esta duda, su madre decide enviarlo a un grupo de terapia con otros adolescentes que se auto flagelan, buscando encontrar una explicación a la conducta de su hijo.

“La bestia” como todos lo llaman en el colegio, asiste por obligación a la primera sesión y admite, por primera vez, que su gran sueño es ser otro, vivir en otro cuerpo, tener otro aspecto, el cual le hace ser víctima permanente de maltratos verbales (nadie se atreve a la violencia física, ya que en el fondo todos le temen) incluso por parte de quien dice ser su mejor amigo. El bullying casi no se nombra pero está presente en cada página.

Lo que nadie sospecha es que en esa sesión conocerá a Jamie, una chica hermosa, inteligente pero diferente, muy diferente al resto de las muchachas con las que Dylan se cruza a diario en el colegio o en la calle. Jamie se convertirá en su gran amor adolescente y hará que nuestro protagonista finalmente se acepte a sí mismo y deje de lado a todos quienes lo han lastimado a lo largo de su corta vida.

La fuerza del amor, una vez más, es la salida al dolor y el encuentro con una mismo, camino directo a la auto-aceptación.

Soledad Hessel.Editora/Redactora de trenINSOMNE. Periodista. Siempre supo que las palabras eran lo suyo. Escribe y lee desde que recuerda y tiene una pasión por los libros como objetos de culto. Conductora del programa radial "A la vuelta de la esquina" por radio La Desterrada. Coordinadora del ciclo de lecturas on-line "Lecturas en el tren". Columnista de literatura y cultura en medios gráficos y radiales. Fue corresponsal del diario La voz de Santa Cruz y de la Revista En acción de La Plata en la Ciudad de Córdoba. Además, fue miembro del Comité de Redacción y Editora del Boletín de Divulgación Científica de la Universidad Nacional de Córdoba. Notas de Soledad