Se sube al tren: Romina Guzmán

Romina Guzmán - cuento - narrativa - El vagón del escritor - Audiocuentos - escritora - poesia - poeta - poesía para niños - té terapia poética - Halley Ediciones - Mariana Kruk

Hoy se sube a nuestro tren la poeta, escritora y docente Romina Guzmán quien nos trae poemas de su libro "Terapia poética"

- ¿Cuándo y por qué comenzaste a escribir?

- Escribo desde que tengo memoria. Es la única actividad que no me aburre, puedo pasar horas leyendo, releyendo, editando un texto. Tuve una etapa, mientras estudiaba el profesorado que dejé de escribir. O mejor dicho que empecé a escribir “lo que tenía que escribir” y no lo que quería. Recuerdo ese tiempo como un momento difícil, de cierta renuncia y algo de estancamiento en la búsqueda personal. No reniego de nada de lo transitado pero reconozco que es difícil encontrar la voz propia cuando hay un “deber ser”. Hará cuatro años aproximadamente siento que retomé las riendas de mi escritura desde un lugar más de oficio y menos de hobbie. Después del curso de posgrado que incluía una experiencia taller, decidí volver con todo. Y empecé a explorar la escritura de diarios, notas, etc. Fue así que empecé a enmarcar mi escritura dentro de la “poesía”.

- ¿De qué se nutre tu escritura?

De lo que leo, de la música, un poco de todo. Me gusta mucho la música y las artes plásticas. Siempre estoy en búsqueda de cantautores que inspiren, escucho mucho las letras, y a veces vuelvo a escuchar canciones que me gustaban para resignificarlas. También me gusta mucho trabajar a partir de imágenes, dibujos, fotos, historietas. Yo nunca fui buena para las artes plásticas ni para la fotografía, pero admiro a muchos artistas y trato de nutrirme de lo visual. Por otro lado, recientemente, estoy empezando a traducir como ejercicio de escritura y la verdad que es un viaje que me está llevando a lugares interesantes.

- ¿Tenés rituales a la hora de ponerte escribir?

- La verdad que no tengo rituales pero sí trato de tener rutinas. Hay momentos que me cuesta sostenerlas (siempre re-aparece el deber ser ja).

- ¿Hay algún tema que aún no te animaste a enfrentar con tu escritura?

- No sé si hay algún tema. De hecho en la poesía abordo temáticas súper personales y catárticas, creo que ya hablé de todo. Siempre estoy igual en la búsqueda de nuevas maneras de hablar de los mismos temas supongo.

- Te doy una bola de cristal para ver el futuro, ¿cómo te ves?

-Ojalá haciendo cosas que me gusten, siguiendo el deseo. Me reconozco bastante cambiante, me aburro rápido de recorrer los mismos caminos pero siento que la palabra escrita es lo único que me ha acompañado siempre así que espero que el futuro me encuentre rodeada de poesía. Me encantaría vivir de la palabra escrita, aunque siento que es algo bastante utópico. Pero no pierdo las esperanzas y quiero siempre encontrarme en esa búsqueda.

- Hoy ¿por qué escribís?

- Creo que no puedo no escribir. Es algo que me da placer pero también lo siento como algo necesario, catártico. Un espacio de libertad genuino que siento propio y que quiero habitar, construir y reconstruir.

- ¿Cuál es la historia detrás del texto que publicamos?

- Voy con dos poemas de mi libro Terapia Poética editado por Halley Ediciones en 2018 que va por su segunda edición. El libro está organizado en capítulos como respondiendo a las etapas de un proceso terapéutico: Síntomas, Entrar en tratamiento, Diván y Alta. Voy con dos poemas de la sección Entrar en tratamiento.



"Permitirse el miedo"

Me dan miedo
esos días
de calor en julio,
esa quietud
que antecede
a las tormentas.
Me alteran
esas formas
tan palpables
que tiene
el universo
de mostrarnos
lo rápido,
lo fácil
que todo
puede
cambiar.

"Irma"

Tengo una casa
llena de muebles
comprados en remates.
Empiezo a oler
tierra mojada,
mi gato se pone nervioso.
Pongo las compuertas
cierro las ventanas.
El huracán
igual
destruye todo.
Y como todo
también pasa.
Me preocupa
qué se hace
con las ruinas
ojalá
pudiera venderlas
en subastas.