Se sube al tren: Rubén Aníbal Costilla
 
                                       
									Se sube al tren el escritor Rubén Aníbal Costilla y nos presenta algunos de sus poemas.
                                        
 
- ¿Cuándo y por qué comenzaste a escribir?
- Durante el colegio secundario comencé a escribir algunos textos, sobre todo poemas, y algunos cuentos. Intentaba imitar a algún poeta español, principalmente, o a otros escritores latinoamericanos que me agradaban en ese entonces. Leía bastante en esa época (todo lo que cayera en mis manos), mucho y variado: poesía, novelas históricas, cuentos fantásticos, policiales, biografías, etc. Creía que yo también podía crear esos universos en los cuales, día a día, me sumergía por placer. Lo intentaba, aunque no lo lograra; hasta que empecé a tomar conciencia del poder de la escritura, del trabajo y del oficio del escritor y, cuando empecé a estudiar para Profesor de Enseñanza Primaria, empezó verdaderamente mi pasión por la creación literaria.
- ¿De qué se nutre tu escritura?
- Básicamente de los libros a los que accedo y leo con empeño. También de mirar todo lo que me rodea y tratar de comprender las situaciones de vida de mi tierra y de los hombres y mujeres que la habitan, y sus problemas cotidianos. Emprendo a diario la tarea de descifrar las cosas sencillas que a veces no se ven, pero que enseñan y aleccionan.
- ¿Tenés rituales a la hora de ponerte escribir?
- No tengo rutinas ni planes de escritura, tampoco rituales: escribo cuando puedo y donde puedo. A veces me siento a la mesa de algunos de mis lugares de trabajo (en algún momento libre) o, por las noches, cuando mis niños duermen, tomo una pequeña libreta y una lapicera y aprovecho el silencio para escribir alguna idea, que iré trabajando con el tiempo y en las mismas circunstancias. Luego escribo en la computadora el resultado de varias correcciones. Y empiezo, otra vez, posteriores revisiones.
- ¿Hay algún tema que aún no te animaste a enfrentar con tu escritura?
- Los temas relacionados a la protesta social o temas de política contemporánea. Deseo poder escribir, algún día, algún ensayo de investigación.
- Te doy una bola de cristal para ver el futuro, ¿cómo te ves?
- Me veo dando clases en alguna institución educativa. Y por las noches, cuando todo está en calma, escribiendo una línea digna (eso espero).
- Hoy ¿por qué escribís?
- Porque escribiendo siento que -un poquito aunque sea- estoy burlando a la Muerte. Y así, de esa manera, soy feliz.
 "Adios"
                           
                            
  
| Me iré. | 
| Sin el grito rocoso de mis muertes, | 
| sin mis soledades, sin mi soberbia. | 
| Me iré, vacío de temores, | 
| vacío de preguntas, | 
| herido y musical. | 
| Pero antes quemaré mis libros; | 
| será volver a empezar desde el adiós, | 
| será el nacimiento de la palabra, | 
| la importancia de sanar. | 
| Antes oiré a Bukowski una noche fría, | 
| mataré dos o tres perros, | 
| cierto pitbull de mi vecino, | 
| quizá desprecie a mi madre, | 
| y maldiga a mi padre, | 
| quizá ame una roca, una víbora, una ginebra. | 
| Quizá no sea demasiado tarde para amar el sol, | 
| para pudrir la poesía, | 
| para agonizar sin tu lástima. | 
| No volveré, eso lo sé, | 
| y me pesa la hora del adiós. | 
| Mañana iré a caminar por las sangrías, | 
| buscaré la voz de arena dormida entre los nubarrones, | 
| seré esa voz, una mueca de egoísmo inalterable. | 
| Luego, caído y solo, | 
| vegetal de siembra utópica, | 
| regresaré por el viejo sendero | 
| a besar tus labios malgastados de temblores. | 
| Regresaré sin nombre ni apellido, | 
| muriendo como el adiós sin origen. | 
 
        
                     
                        
 "Impredecible"
                           
                            
  
| Será la mía una antigua muerte | 
| a la sombra de encoyuyados algarrobos musicales. | 
| Puede ser un día lunes | 
| (más adelante lo confirmaré). | 
| En lunes la tranquilidad es más abundante, | 
| menos pobre, menos cansada, ilimitada. | 
| Será la mía una suerte | 
| si ocurriera (aquí lo dudo) | 
| entre perfumes y colores. | 
| Será para todos la muerte mía. | 
| Entonces, encontraré las calles ya sin el polvo | 
| que sube hasta el cielo mezclado con los venenos del viento… | 
| Entonces, abrazaré las flores irreducibles | 
| y miraré a niños sin pobreza con sus guardapolvos | 
| que se percuden en unos ojos teñidos de espanto. | 
| Entonces habré muerto, sin conocerme. | 
| Será una muerte buena. | 
| ¡Qué sería si no ocurriese! | 
 
        
                     
                       
                        
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