Las tribulaciones del estudiante Törless - Robert Musil
“Esas asociaciones que vienen de afuera y esos sentimientos prestados llevan a los jóvenes más allá del terreno anímico, peligrosamente blando, de esos años en los que uno tiene que significar algo para sí mismo y, sin embargo, todavía es demasiado inmaduro para realmente significar algo.”
Törless está buscando respuestas a una verdad que muchos desconocen. Las sugerencias de aquellos que se denominan "sabios", "profesores", "influencias" no son suficientes. Nada es suficiente para una mente intranquila, desesperada en busca de un camino de salida, o de entrada, a sí misma. Törless está perdido. No sabe quién es, no sabe quiénes son los demás, no sabe ni cuán lejos está el cielo. O, quizás, sí lo sabe, y simplemente no quiere aceptar que este conocimiento es demasiado para él. No está listo para aceptar la imponente realidad.
Salvando las distancias, muchas de las dudas planteadas en Las Tribulaciones del Estudiante Törless pueden remontarnos al reconocido Emil Sinclair; las incógnitas que Herman Hesse desarrolla en Demian se ven entrelazadas con aquellas que atormentan la escritura de Robert Musil. Ambas novelas se sumergen en la mente de un adolescente aislado, “diferente” del resto, constantemente perdido en sus propios pensamientos. Adolescentes que intentan comprenderse a sí mismos, a nivel individual, pero, a su vez, comprender a todos aquellos que los rodean y las similitudes/diferencias que los unen/aíslan. Tanto Emil como Törless sufren, como parte de su metamorfosis, una ruptura con sus padres (el clásico “ellos me retrasan”, o “ellos no entienden”, o “ellos me imponen que sea alguien, alguien perfecto y dócil y manso, que no estoy dispuesto a ser”), y creen encontrar las respuestas a todas sus dudas en una persona: Demian, en el caso de Emil, y Basini, un compañero de clase que resulta ser un ladrón, en el de Törless La diferencia entre estas dos actitudes radica en cómo cada uno de los personajes absorbe a su objeto de fascinación. Törless se presenta, al principio, indiferente ante Basini; deja que sus “amigos” abusen de él a modo de castigo por sus actos inmorales, mientras que él permanece como un simple testigo. Sin embargo, a medida que va avanzando la novela y el abuso hacia Basini se intensifica, Törless se “despierta” de su estado vegetativo hacia esta situación. De repente, siente un afecto innegable por su compañero; (sin embargo) estos sentimientos se ven manchados y opacados por el asco que nuestro protagonista sabe que debe sentir hacia la víctima, ya que no sólo es un hombre sino que también es un ladrón, alguien moralmente dañado que no tiene forma alguna de purificarse o redimirse por los actos cometidos. Törless cree que encontrará en Basini la explicación a todo esto que él siente, a las dudas que le comen el cuerpo, la razón de su “rareza” y tendencia a apartarse de los demás; una explicación a la profundidad de su mente y a los monstruos que lo rodean. Quizás, al final, Basini, como experiencia carnosa, vida real, pueda proporcionarle información más valiosa que cualquier libro de filosofía.
“Bajo la excitación de las penas de amor de sus héroes las mejillas se le enrojecían, el pulso se le aceleraba y sus ojos brillaban. Pero apenas dejaba la pluma, todo había pasado; hasta cierto punto su espíritu sólo vivía en el movimiento.”
Robert Musil juega muy bien con la psique de sus personajes; utiliza la situación de un robo como punto de partida para demostrar la crueldad que puede surgir de aquellos que de repente se ven llenos de poder. Reiting y Beineberg, los amigos de Törless que deciden abusar de Basini para así castigarlo por sus crímenes, buscan justificar constantemente sus acciones. Disfrutan de lastimar a su compañero, sienten placer al violarlo o azotarlo, pero en el fondo saben que eso no los hace mejor que él. Sin embargo, intentan convencerse a sí mismos de que esto lo hacen por un bien mayor, diciéndole a Törless que es todo parte de un plan para “purificar sus almas” y “dándole a Basini la salvación que necesita”. De esta manera, Musil explora las reacciones de la mente ante distintos tipos de violencia; en el caso de Törless, este permanece callado e indiferente, incluso siente rechazo hacia Basini, la víctima.
Bizarra. Perturbadora. Turbia. Escalofriante, a veces. Las tribulaciones del estudiante Törless es sólo una prueba más de los niveles de crueldad a los que pueden llegar los seres humanos, acompañado de una detallada exploración de la crisis adolescente y la búsqueda de la verdad.
“Pues los pensamientos son algo muy curioso. A menudo no resultan más que casualidades que desaparecen sin dejar huellas, los pensamientos tienen sus tiempos muertos y sus tiempos vivos. Se puede tener una idea genial que, como una flor, sin embargo, se marchita lentamente en nuestras manos. La forma queda pero faltan los colores, el aroma.”
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Floreana Alonso.Floreana es la más joven del grupo. Estudiante y escritora en ciernes. Lleva adelante su blog BookSick desde hace varios años, escribiendo reseñas de libros y contando sus experiencias con la literatura. Floreana es una chica acostumbrada a escribir sobre otros, sobre personajes inventados que existen sólo en lo más profundo de su cabeza o en las palabras que se le escapan de entre los dedos, por lo que las biografías siempre se le complican. Lo que puede decir es que participó de dos talleres literarios y que lee más de lo que escribe. Además, es ganadora de la Mención Especial del Concurso de Cuentos Cortos de la Universidad de Belgrano edición 2017, Saint Andrew's Writing Competition 2012, 2013, 2014. Fue una de las seleccionadas para participar del Festival Clave 13/17 en Escritura Libre organizado por el Centro Cultural Recoleta en sus ediciones 2017 y 2018. Fue parte del ciclo Conexión Museo del MALBA en 2018. Entre sus escritores favoritos puede encontrarse a Cortázar, Sylvia Plath, Samantha Schweblin, Bukowski, Rimbaud, Rodrigo Fresán y Haruki Murakami, entre otros. Notas de Floreana