Peces de Ciudad convoca la narrativa en su colección "Islas para naufragar"

Convocatoria Peces de Ciudad


Llovía. Con el ofensivo calor que ha concentrado el verano en sus últimos días, finalmente llovía el 21 de febrero, pero como todos los eventos de la Editorial Peces de ciudad, ahí estaban, no sólo fieles sino puntuales.

"Tampoco se suspende por lluvia, ni cortes, ni nada", dijeron, y así fue. A las 7:00pm el micrófono estaba prendido y Espiche Bar estaba lleno de personas por leer y por ser leídas, porque eso tiene el oyente cuando asiste a lecturas, se encuentra.

La bienvenida al ciclo comenzó con el merecido reconocimiento a Griselda Perrotta por su tercera edición de "Frontera", elegido el mejor libro del año en categoría relatos en el ranking de “Selección literaria”. La respuesta fue una lectura del cuento Espalda al mar, en voz de la misma autora, con imágenes tan vivas que casi se podían tocar. Una historia purísima de inocencia y genialidad al jugar con las palabras y la vida misma.

Tras los aplausos, se rompió el sello oficial y comenzaron a esparcirse por el bar, una a una, las voces de los convocados por parte de la editorial en la colección de narrativa Islas para naufragar. Ellos:Karina Rodríguez autora de "Gente Común", Jada Sirkin autor de "Todos queremos",Néstor Darío Figueiras autor de "Capricho #43", Lucas R. Gelfo autor de "A vos también te pasa", Mario Gonzalez Orsi anticipando la llegada de "La joven cabeza de perro", Angie Pagnotta anticipando la llegada de "Memoria de lo posible", Sebastian Gonzalez, autor de "Acorralado" y Sebastian Pujol, autor de "Ahora tiro yo".

Cada uno iba intercalado por la valentía de los que se sumaron, algunos casi por entrar a imprenta, afirmando con paso adelante a la convocatoria. Sus nombres: Adriana Márquez, Jesus Madrid, Florencia Romero, Florencia Benson, Marcos Tabossi, Silvia Jayo, Corina Vanda Materazzi, Ariel Da Vid, Imanol Guerra Herrero, Priscila Pauletich y Alicia Mabel Lanzetti.

Se hizo una fiesta de narrativa, como sólo las fiestas de letras pueden hacerse: en silencio. Mientras la historia de cada quién se reproducía en niveles más altos, la respuesta era el respeto sepulcral del silencio para bailar como debe ser, por dentro, con la parte del texto que más resuene.

Frases como "Hace falta vivir para entender", "Es inevitable, teníamos que prendernos fuego", "Mirás con la precisión de un taladro", "Hay que tejer con espinas", "No me quedó más que escribir", se incrustaban en los oídos de todos dando de lleno donde tenían que dar; y en el intermedio de los dos grupos, como para alivianar la carga de las letras cuando se leen en voz alta, Soledad Blanco y Mariana Kruk, ambas editoras de Peces de Ciudad, sortearon libros y consumisiones para terminar de componer una noche en familia.

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Y a todos los esperan con las puertas abiertas.