Resistencia





Es viernes, hace frío y llueve y aun así, la marea de gente en Plaza Italia, me arrastra hacia los molinetes de la entrada de la Feria del libro de Buenos Aires que transita ya su tercer semana. Lejos de menguar la afluencia de público y a pesar de la crisis económica que atravesamos en Argentina, la feria desborda. Diría que me sorprende, pero la verdad es que no es esa la sensación que me despierta.

La atención se me divide, no sé si mirar los libros o las expresiones de la gente que revuelve frenética los anaqueles en busca de esos títulos que llenarán sus horas durante el año. Familias enteras, adolescentes sentados en fila india a la espera de la firma de su autor favorito, gente de todas las edades, raza y credo pululan de un stand a otro, descansan un rato, vuelven a la carga. Parece un Black Friday y sin embargo no es ropa ni electrodomésticos lo que buscan, son libros, novedades, clásicos, raros, únicos para ello. Es la caza del tesoro y en esta feria hay tesoros para todos los gustos y bolsillos.

Cada año me pregunto lo mismo, ¿que hace de este evento uno de los más importantes del año? ¿Por qué el argentino promedio lee tanto, aún en plena debacle económica?

Tal vez, pienso, mientras esquivo a un contingente de jubilosos jubilados, se deba a eso precisamente: Los argentos en tiempos difíciles, nos refugiamos en los libros para soportar los embates y ninguneos de una de las tantas crisis neuróticas, desmemoriadas y repetitivas a las que nos vemos sometidos desde que Argentina Otra cosa que me impacta, es el librero argento que persiste y persevera en su oficio de leer, comentar, sugerir y ayudar al lector confundido o curioso. El oficio de librero se mantiene en Argentina a diferencia de otros países donde se busca un vendedor que sólo te señala en anaquel del género que estás buscando y que Dios te ayude. Acá el librero es librero, y si es bueno, lo seguís adonde vaya porque es tu oráculo literario personal. Tal vez se deba esta persistencia del oficio a que el lector argentino es selectivo, no compra lo que le imponen, compra por género, por autor, por nostalgia, por capricho y hasta para recuperar y coleccionar libros de su pasada o presente infancia lo que obliga al ya predispuesto librero a estar al tanto de todo el catálogo que tiene disponible y no sólo de los best seller. El librero en nuestro país es una institución, y por suerte sigue vigente y en pie. se fundó como Nación.

Otra cosa que me impacta, es el librero argento que persiste y persevera en su oficio de leer, comentar, sugerir y ayudar al lector confundido o curioso. El oficio de librero se mantiene en Argentina a diferencia de otros países donde se busca un vendedor que sólo te señala en anaquel del género que estás buscando y que Dios te ayude. Acá el librero es librero, y si es bueno, lo seguís adonde vaya porque es tu oráculo literario personal. Tal vez se deba esta persistencia del oficio a que el lector argentino es selectivo, no compra lo que le imponen, compra por género, por autor, por nostalgia, por capricho y hasta para recuperar y coleccionar libros de su pasada o presente infancia lo que obliga al ya predispuesto librero a estar al tanto de todo el catálogo que tiene disponible y no sólo de los best seller. El librero en nuestro país es una institución, y por suerte sigue vigente y en pie.

¡¡¡Larga vida y prosperidad a nuestros libreros!!!

La de Buenos Aires, es la cuarta feria más importante del mundo y la más visitada, no sólo por el público en general sino por profesionales del sector. Dura tres semanas y día a día desborda. Pero en la Capital mundial de las librerías esto parece no alcanzar, durante el año se organizan varias ferias independientes en la Capital y en el interior, a eso se le suma la famosa noche de las librerías porque los lectores exigen más y más. La feria del libro, es una fiesta. El argentino es un sibarita de la lectura. Si no tiene dinero suficiente, va en busca de ofertas, de libros usados, compra ebooks que lee incluso en su celular.

“Una nación de ovejas engendra un gobierno de lobos” decía Edward R. Murrow. Para nosotros, la feria, y da igual el estrato económico en el que nos encontremos (Basta pasear por los pasillos para darse cuenta ), son nuestro bastión, un NO pacífico pero contundente contra la entropía del consumismo feroz. Los libros son nuestras armas, la feria es resistencia.

Tengo por hobby sacar fotos de gente leyendo en los transportes públicos, robo instantes que subo a las redes con el hashtag #ArgentinaLee. Ver a alguien leer en un colectivo atestado de gente me da esperanza, no todo está perdido, la rebeldía existe en Argentina, me despierta un orgullo maternal cuasi rayano en lo ridículo, me dan ganas de abrazarlo, de decirle lo orgullosa que estoy de lo que hace, que siga, que no se rinda. Alguien que lee se convierte en poesía contestataria y la feria me despierta eso, no sorpresa porque esto sucede año tras año, sino un orgullo inmenso, es la expresión de aquello que somos y nos negamos a soltar, y los cientos de miles de visitantes lectores a la Feria (A ésta y a las independientes), son el exponente máximo de nuestra resistencia.

¿Qué me despierta la feria? Eso, orgullo de ser argentina.





Pueden leer el resto del Especial de la Feria del Libro 2017 acá



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Mercedes Mayol.Mercedes Mayol es escritora y gestora cultural. En el año 2011 fundó y dirigió la revista digital Artesomos que derivó posteriormente en la Fundación Artesomos en Buenos Aires, entidad sin fines de lucro dedicada a la difusión y promoción del arte en todas sus manifestaciones. Ha colaborado en varios medios como redactora y en proyectos culturales en México, España, Colombia, Ecuador y Francia.Entre sus publicaciones se cuentan: El corazón de Prometeo, Novela, Editorial Jus, México. 2010, El libro de las pasiones, Poemario, Dexeo Editores, Londres.2011, Antología Fémina Poesí, Liga Latinoamerica, Colombia. 2012, Antología, Cartas de amor, Editorial Retales, España. 2014, Antología Poetas Nocturnos, Diversidad literaria. 2015. Actualmente, además, es Responsable del área comercial para el Cono Sur de Malpaso Ediciones. Notas de Mercedes