Un espacio abierto a todos





Desde pequeña tuve interés por los libros y cualquier tipo de feria me entusiasmaba. Es lógico: en las ferias siempre hay mucha gente, cosas para ver, cosas para comprar, decoraciones de todo tipo, espacios interactivos y, con suerte, cosas que nos interesan. Pasaron los años y al empezar mi camino en lo literario escuché a escritores de poesía o narrativa opinar a favor y en contra de la Feria del Libro. Como sabemos, la polarización es parte de nuestra cultura. Los que estaban en contra argumentaban que la monopolización del espacio y el único propósito del mercado y del negocio a toda costa, eran abominables. Otros menos extremistas opinaban que toda participación era por acomodo, que había pocos espacios de convocatoria y difusión. Con el tiempo entendí que los que están en contra de forma tan extremista, son casi siempre los que no son invitados o los que fueron invitados en su momento pero ya no los invitaron más.

Desde 2014 en adelante noté que la Feria del Libro convocaba a espacios y voces nuevas, algo que progresivamente se fue acomodando y que, según creo, hoy estamos en el punto donde editoriales independientes, chicas o de menor difusión pueden convivir junto a los gigantes como Alfaguara, por ejemplo. Otro buen aporte lo da el espacio de Zona Futuro donde no sólo hay autores de distintos géneros ofreciendo lo que hacen, sino también Revistas culturales, músicos y distintas performances que hacen que los que seguimos esas movidas o los que están al tanto puedan conocerlas, abarcarlas y disfrutarlas.

Este año la feria del libro me convocó desde una mirada distinta: me alegré de ver espacios que fueron pensados para aristas necesarias como el género fantástico, para los más chicos con una interacción más interesante para padres e hijos, para autores emergentes, para músicos, para debates y cuestiones de género vinculadas a la escritura y para la parte intelectual más estructurada, en charlas que profundizaban la cuestión literaria en nuestro país, en las escuelas o en las aulas. Además me alegré de participar en la firma de ejemplares que Peces de Ciudad, la editorial que publicó mi primer libro, “Memoria de lo posible”, realizó con todos sus autores y con todos sus libros. Esto ocurrió gracias al Fondo Nacional de las Artes que la escogió y pudimos estar. Esos son reconocimientos que son valorables y están por fuera del “negocio” al que muchas personas aludían y aluden, porque estas actividades tienen que ver con vender, sí, pero también con el interés de difundir autores nuevos, editoriales nuevas y espacios que no cuentan con los recursos económicos suficientes para poder estar y de esta forma, se pueden incluir. Celebro esos espacios y deseo que existan muchos más, no solo la Feria del Libro, sino en muchas más celebraciones como los Ciclos literarios donde la comunión entre lectores y autores sigue teniendo vigencia, aunque con mucha menor difusión. Ojalá se amplíen éstas y otras formas pero todavía queda mucho camino por recorrer.





Pueden leer el resto del Especial de la Feria del Libro 2017 acá



=========================================================================

Angie PagnottaAngie Pagnotta nació en Godoy Cruz, Mendoza, pero a los pocos meses se vino a Buenos Aires, por lo cual es 99% porteña. Es Escritora y Periodista. En 2012 fundó Revista Kundra: literatura aleatoria y el portal de Arte y Cultura, Baires Digital. Trabajó en contenidos de Redes Sociales y publicidad para Duro de Domar, TVR, Fútbol para todos, 678 y Diario Registrado, entre otros. Colaboró y colabora en distintos medios de Argentina como Revista El Gran Otro, el suplemento Cultura Registrada, Continuidad de los libros, Diario Femenino, el portal de entrevistas Entrevistar-Te, Solo Tempestad y Revista Kunst. En 2013 obtuvo una mención en Narrativa por su cuento “Alejandra”, otorgado por Guka, revista de la Biblioteca Nacional. Escribió Nada que no quieras, su primera novela que se encuentra en proceso de corrección y Memoria de lo posible (2017, Peces de Ciudad), es su primer libro de cuentos. En febrero de 2017 “Versiones sobre el río”, el relato que abre Memoria de lo posible, fue traducido al portugués por Felipe Buenaventura para FRONTERA, un proyecto que une escritores latinoamericanos alrededor del mundo. Notas de Angie