Los escritores que conviven en Fogwill. Breve racconto de su estilo

Rodolfo Fogwill



Me entregué a la tarea de escribir sobre Rodolfo Enrique Fogwill o Fogwill, como quedó registrado y como mayoritariamente se conoce al autor de Pichiciegos, Vivir afuera y Muchacha Punk. Debo decir que la elección de este autor no es mérito del azar: lo escogí porque él es uno de los autores que más conozco a fondo y uno de los que —sin dudas—entran en mi top five de los cinco mejores escritores, si existiera tal designación. Pero, si hablamos de cifras, en el prólogo de «Cuentos Completos», editado por Alfaguara, Elvio Gandolfo dice que Fogwill entra en el podio de los 30 mejores escritos argentinos contemporáneos, de esos que se consideran como representantes máximos de nuestra literatura y, en esta afirmación, aparecen autores de renombre como Borges, Cortázar y Arlt, entre otros. Coincido con Gandolfo y esta será una de las primeras coincidencias que tenemos y enumeraré, pero debo advertir al lector que esta nota no se trata de defender a unos y enterrar a otros, para nada. Decir que Fogwill es uno de los más importantes es, sencillamente, colocarlo en el lugar que tiene, un lugar que supo ganarse a fuerza de perseverancia, provocación, cuentos, poesías, novelas y talento, especialmente talento.

Esta nota —si me fuera por las ramas— podría ser un Ensayo sobre Quique o Fog, como le digo en confianza en los márgenes de anotaciones que hago en sus libros, así que me centraré en pequeños hilos que conducen el entramado Fogwill, para resolver en estas líneas el espíritu de su importancia en la literatura.

«Casi todo escritor, o más bien narrador, vive en la nostalgia de la música, la pintura, del cine, del mundo creativo que uno no domina, y que se le aparece como más brillante, logrado, seguro y espectacular que el lápiz y el papel o la computadora. Fogwill vive su nostalgia de la música (alta, culta) y de la pintura (…)», dice Gandolfo en el prólogo de «Cuentos completos». Elijo esta cita para referenciar el racconto breve de esta nota: es cierto que los matices del sonido, de texturas y de musicalidad de las palabras está en Fogwill, en esa nostalgia que Gandolfo muy bien enumera. Tal es así que el autor de «La experiencia sensible» dice en su propia boca, en una entrevista en Audiovideoteca de escritores: «Cualquier episodio de una novela está generado por el recuerdo de lo que viene antes, por el ritmo. O sea que repito el ritmo ese y lo plagio o sigo desarrollándolo, o sea que quiero modular —como en música— pasar a otra tonalidad y marcar un contraste. Esa demanda melódica me determina la primera frase».

Esa predominancia musical, esos matices de sonido, de efecto y de tono son los mismos que se pueden leer en cualquiera de sus textos, en sus poesías, en sus cuentos y en sus novelas. No es deliberado, hay una intensión: está el interés del autor en ir por los movimientos de los personajes, las texturas, los modos, las estructuras, los silencios, las cadencias y la historia, claro, pero eso viene a lo último, porque si lo anterior estuvo, la historia aparece por sí sola.

Fogwill establece así una marca propia y especial, la que lo lleva a catapultarse como uno de los mejores escritores contemporáneos y en sus cuentos y poesías (y luego en sus novelas) están esos múltiples narradores y escritores que conviven en él.

Es en esa fusión de registros que derivan de su profesión de sociólogo y de su oficio de escritor, que se establece la combinación que —junto con el lenguaje, la política, el sexo y el amor—forman los pilares de la base de su escritura: allí Fogwill conduce las palabras y se mueve entre ellas, como un barco en el agua, como sus años de nadador y de naufragante. Y así, ese mismo escritor, seguirá construyendo aún más efectos y lectores. Y así será, ad eternum.



Angie Pagnotta. Angie Pagnotta nació en Godoy Cruz, Mendoza, pero a los pocos meses se vino a Buenos Aires, por lo cual es 99% porteña. Es Escritora y Periodista. En 2012 fundó Revista Kundra: literatura aleatoria y el portal de Arte y Cultura, Baires Digital. Trabajó en contenidos de Redes Sociales y publicidad para Duro de Domar, TVR, Fútbol para todos, 678 y Diario Registrado, entre otros. Colaboró y colabora en distintos medios de Argentina como Revista El Gran Otro, el suplemento Cultura Registrada, Continuidad de los libros, Diario Femenino, el portal de entrevistas Entrevistar-Te, Solo Tempestad y Revista Kunst. En 2013 obtuvo una mención en Narrativa por su cuento “Alejandra”, otorgado por Guka, revista de la Biblioteca Nacional. Escribió Nada que no quieras, su primera novela que se encuentra en proceso de corrección y Memoria de lo posible (2017, Peces de Ciudad), es su primer libro de cuentos. En febrero de 2017 “Versiones sobre el río”, el relato que abre Memoria de lo posible, fue traducido al portugués por Felipe Buenaventura para FRONTERA, un proyecto que une escritores latinoamericanos alrededor del mundo. Notas de Angie