El abrazo y el arte como interpelador social

El abrazo y el arte como interpelador social



El abrazo plasmado en distintas obras a lo largo de la historia del arte

Vivimos en un mundo diseccionado que separa muchas realidades que deberían funcionar unidas como el cuerpo y el alma, lo masculino y lo femenino, la persona y la naturaleza, el arte y la tecnología, los ricos y los pobres.

El mundo moderno es contradictorio, a pesar de la globalización también edifica fronteras, desafiando la unidad, y estableciendo separaciones físicas y simbólicas.

El abrazo y el encuentro con otro, en nuestros tiempos, resulta más habitual en el espacio cibernético a base de emoticones. ¿Cuál es el impacto sobre los vínculos humanos sostenidos en la distancia de los cuerpos?

El abrazo es una muestra de amor o un saludo, que se lleva a cabo con los brazos (ya sea por encima del cuello o por debajo de las axilas) alrededor de la persona a la que se brinda el gesto, apretando o constriñendo con fuerza y duración variables. Generalmente, el abrazo indica afecto, confraternidad, hacia la persona que lo recibe, aunque, según el contexto, puede tener un significado más parecido a la condolencia o al consuelo, un recibimiento o una despedida. Es también señal de confianza, entrega y coincidencia o aceptación. Sin lugar a dudas es presencia y cercanía.

No creo en la frase de que “todo tiempo pasado fue mejor”; sin embargo la historia, y en este caso la del arte nos ofrece testimonios dignos de rescatar.

Me gusta pensar al arte como un potente interpelador social, como un engranaje que puede poner en movimiento algunos cambios, que al principio pueden ser apenes leves casi imperceptibles, finalmente imparables.

No es un disparo de bengala al aire en busca de auxilio, es jalar firme del gatillo y apuntar al centro mismo de una metamorfosis y tomar posesión de ella.

En forma aleatoria y arbitraria, destaco algunos exponentes que a lo largo de la Historia del Arte han tomado al abrazo como centro de su obra con connotaciones diferentes, pero que en todo caso reviven o conmemoran el encuentro.


Psique reanimada por el beso del amor, El amor de Psique o El beso

Psique reanimada por el beso del amor, también llamada El amor de Psique o El beso, es un grupo escultórico de mármol blanco realizado a finales del siglo XVIII por el artista italiano Antonio Canova. Representa la interpretación socrática del impulso de Eros (el Amor) la función dinamizada de unir cuerpo y alma sirviéndose de estímulos sensoriales e intelectuales que ensalzan la pasión amorosa. Está conservada en el museo del Louvre en París.




El abrazo de Maipú

El abrazo de Maipú Pedro Subercaseaux, pintor e historietista nacionalizado chileno (Roma, 1880 – Chile, 1956). Esta obra retrata el abrazo que se dieron los generales Bernardo O'Higgins y José de San Martín bajo el alero de la Virgen del Carmen y que selló la Independencia de Chile.



El abrazo - Pablo Picasso

El abrazo de Pablo Picasso (España, 1881 – Francia, 1973), es una pintura al pastel sobre papel realizada en el año 1900 en París y que forma parte de la colección permanente del Museo Picasso de Barcelona. Se encuentra firmado en el ángulo inferior izquierdo como “P. Ruiz Picasso”. En primer plano, vemos a una pareja, un hombre y una mujer sencillos, trabajadores, tan unidos en un abrazo que llegan a fundirse en una única masa. El beso es en medio de la calle, en una noche oscura. Los cuerpos y los rostros se mezclan. Los brazos y las manos, carentes de referencias anatómicas, rodean a los amantes. La deformación expresionista de los cuerpos se acentúa con los colores intensos y los contornos acusados de las figuras. Todo transcurre como si el espacio de la pareja estuviera aislado del entorno. El paisaje urbano está aquí al servicio del motivo: el abrazo público.



El beso - Gustav Klimt

El beso de Gustav Klimt (Austria, 1862 – 1918), es quizás una de las obras más conocidas y emblemáticas de este artista. En ella hay una pareja besándose abrazada. El tema del beso entre un hombre y una mujer no era nuevo en Klimt, quien ya lo había tratado en el lienzo Amor (1895), la sección El anhelo de la felicidad se calma con la poesía del Friso de Beethoven (1902) y el panel La satisfacción del Friso Stoclet (1905 – 1909). En líneas generales, los elementos formales y los recursos estilísticos tampoco son nuevos: el formato es cuadrado, habitual en Klimt; la pintura carece de profundidad; la acción de El beso transcurre en un lugar indeterminado y un espacio intemporal; la composición mantiene el sentido piramidal de otras obras anteriores; el tratamiento decorativo es semejante al de un mosaico, y los ornamentos mantienen su concepción geométrica y abstracta.



Abrazo (Amantes II) - Egon Schiele

Abrazo (Amantes II) de Egon Schiele (Austria, 1890 – 1918). Lo más notable de este óleo es el sentido de unión de las figuras. El artista siempre ilustró las figuras de amantes como desafiándose entre sí, creando una contradictoria tensión en el amor. Tal vez la estabilidad sentimental del matrimonio cambiara el punto de vista de Schiele. La musculatura del hombre es casi canónica y deja de lado la fibrosidad rígida y enfermiza de las obras de anteriores. El pintor tampoco se recrea en la crudeza de los genitales ni en la sexualidad ambigua de los modelos: Abrazo representa la superación de la ansiedad sexual de Schiele. Sus obras se caracterizaron por el virtuosismo de su dibujo y la crudeza en las representaciones de las figuras humanas desnudas en posiciones provocadoras y de un erotismo explícito muy crudo bastante alejado de las escenas casi ingenuas de Klimt.



Abrazos - Juan Genovés

Abrazos de Juan Genovés (España, 1930) es un gran cuadro que se guarda entre los fondos del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía de Madrid. Es un lienzo de 151 x 201 cm pintado con acrílico en el año 1976, a partir de un cartel diseñado dos años antes por el mismo artista para Amnistía Internacional. La imagen, titulada originalmente Amnistía, fue un claro testimonio de cómo el arte podía asumir una postura de compromiso social y pronto se convirtió en un icono de la Transición Española hacia la democracia. Genovés empleó un lenguaje plástico de gran modernidad, inspirado tanto en el Pop-Art crítico como en el periodismo fotográfico del siglo XX, para construir una imagen simbólica de la reconciliación nacional tras la muerte de Franco. Muestra un grupo de unas quince personas que corren con los brazos abiertos al encuentro de los otros. La visión de espaldas y la monocromía en sepia hace que ninguna de las figuras esté singularizada. Al contrario, todas se confunden en la multitud, queriendo representar que el colectivo humano es arrastrado hacia algo más importante que el individuo.



Ternura - Oswaldo Guayasimín

Ternura de Oswaldo Guayasimín (Ecuador, 1919 - Baltimore 1999). Esta obra pintada en 1989 pertenece a la serie "Mientras viva siempre te recuerdo" que forma parte de "La Edad de la Ternura", el tercer movimiento de la pintura de Guayasamín; una colección en la que homenajea a su madre y a todas las madres del mundo. En los más de 100 cuadros que componen "Mientras viva siempre te recuerdo" el artista resalta la pureza y la fuerza del vínculo entre madres e hijos y la inocencia de los niños. Busca rescatar lo más auténtico de las relaciones humanas, aquello que permanece en la historia y que influyó silenciosamente en los hombres de todos los tiempos.



El libro de los abrazos - Eduardo Galeano

Alguna vez Eduardo Galeano (Uruguay, 1940 – 2015), edito un libro que se tituló El libro de los abrazos , y alguna vez puso en palabras algo que todos sabemos y casi siempre olvidamos: “el abrazo, el primer gesto que hace un humano y el último”. No es la primera vez que escucho que cuando nacemos estamos en posición fetal, dormimos en posición fetal y morimos en posición fetal. El contorno entre nuestro inicio e inevitable final dibuja un territorio de desafíos a los que todos estamos condenados a enfrentar; quizás pueda ser ese espacio habitado por incontables abrazos, quizás uno de los mayores y escasos tesoros que vale la pena acumular.



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Corina Vanda Materazzi.Nació en noviembre de 1968 en CABA pero la mayoría de su vida se desarrolló en el Conurbano. Escribe desde que empezó a leer, dice que ambas cosas son como viajar. Como autora reconoce que es un trayecto con postas y que no tiene contrato de exclusividad con ningún destino final. Como lectora se abraza y se deja llevar, como con el tango.A fines de 2015 editó con Utopía HUELLAS y en mayo de este año con Peces de Ciudad VOZ EN OFF, un libro de cuentos, algunos de los cuales obtuvieron menciones en diferentes concursos. Participó de algunas antologías de narrativa y algunas Revistas Digitales como: Kundra, El Narratorio y Kunst.En España colabora con sus textos en un Periódico de Literatura de habla hispana: Periódico Irreventes.Tiene un Blog: Bárbaramente Fea donde están algunos de sus textos. No se imagina la vida sin: hijos, libros, perfumes, sombreros y buen vino. Notas de Corina