Voces en mi mente

Warsan Shire - Bless the daughter raised by a voice inside her head - Random House - Gonzalo Zuloaga - poesía - autora africana - poesía en inglés - leamos mujeres - Beyoncé



Warsan Shire, poeta somalí exiliada desde niña en Inglaterra, publica su obra completa el 1° de marzo, en inglés, para todo el mundo. Una pincelada sobre ella y su arte y un adelanto de sus poemas de la mano, y con traducción, de Gonzalo Zuloaga

Escuché a Warsan Shire por primera vez el 6 de octubre de 2014 en una transmisión del lanzamiento de la antología Bloodaxe, Ten: the New Wave, desde el Purcell Room del Southbank Centre en Londres, uno de los complejos culturales más pequeños y exclusivos. Después de una serie de lecturas erráticas y confusas, no porque los textos así lo fueran sino porque quienes leían de alguna manera se daban cuenta a mitad de camino de que estaban demasiado expuestos, que el poema no era el indicado para ser leído en voz alta; después de esas experiencias que desconcentran de lo importante, subió al escenario Shire: un saco largo hasta los tobillos de una tela fresca, como ella, que se movía como una túnica, una túnica con un estampado rojo y dorado de mangas abiertas, danzantes. El sombrero grande y gris dejando sobresalir los rulos completaba el look. Un look que unos años más tarde veríamos estilizado en el video-álbum Lemonade de Beyoncé, junto a quien figura como co-autora, ya que la obra está intervenida por poemas y fragmentos escritos y seleccionados por Shire.

La versión oficial indica que un manager de Beyoncé contactó a Shire por redes sociales para invitarla a participar del proyecto. Sin embargo, está claro que, si bien podría sonar como la historia romántica de una chica refugiada que llega al mainstream porque su trabajo potente circula hasta las manos de Beyoncé, la realidad es otra. No existen tales historias; existe el talento, sí, pero sin contactos, el talento per se no lleva a ningún lado, no es un destino en sí mismo. La historia real cuenta que Kahlil Joseph, director audiovisual del proyecto Lemonade, y Yosra El-Essawy, fotógrafa de gira de Beyoncé, ambos amigos en común del círculo cooltural de las dos artistas, fueron quienes actuaron como puente y las presentaron. Shire y Beyoncé concretaron su reunión en Tribeca, y compartieron algunas experiencias en torno a los tópicos que el disco de Beyoncé abordaba: traición, reconciliación, negritud, identidad.

Shire declaró al New Yorker que la canción Pray You Catch Me es su preferida del disco, y que la estructura del film, que registra una crisis de infidelidad generada por Jay—Z, actual marido de Beyoncé, está inspirada en el procedimiento que ella utilizó para organizar y proponer sus textos. Cada poema de Shire introduce una de las etapas del dolor. Hay rastros, a su vez, de las palabras de Shire en algunas de las canciones de Beyoncé. En Sorry, Becky with the good hair (Becky, la del pelazo) hace referencia a una supuesta amante de su esposo; una figura similar: Johnny with the blue eyes (Johnny, el de los ojos celestes) aparece en el poema Bless This House de Shire, cuando el poema todavía se llamaba The House.

La noche del 6 de octubre de 2014, Shire leyó una versión borrador del poema Bless This House, que incluía a Johnny with the blue eyes entre otros versos que a posteriori fueron eliminados para la edición final. Ésta, y toda la poesía de Shire, se encuentra reunida en Bless the daughter raised by a voice inside her head, pronta a publicarse el próximo 1 de marzo por Random House, en inglés, para todo el mundo.

En la tercera estrofa de Bless This House, Shire describe una escena: “Tal vez ella tenga un plan, tal vez él vuelva con ella / Tal vez él se despierte horas más tarde en una bañera llena de hielo, / la boca seca, retorciéndose de dolor frente a su nueva y prolija incisión.” No obstante, en la versión original que recitó en el Purcell Room, las referencias fueron un poco más explícitas: “Tal vez Rihanna tenga un plan, tal vez haga que Chris vuelva con ella / solo para despertarlo unas horas más tarde en una bañera llena de hielo / la boca seca, retorciéndose de dolor frente a su nueva y prolija intervención quirúrgica.” Era la época en la que Chris Brown, cantante de rap, había ejercido violencia física contra Rihanna, su pareja, y las fotos escandalosas que la mostraban con la cara rota, con moretones y heridas, eran virales. Shire imaginaba en cada recital cómo Chris Brown despertaba, luego de haber sido engañado por Rihanna, solo, dolorido y sin pene. La audiencia del Southbank respondió con risas esa noche. El humor de Shire es incómodo e inteligente. Otras variaciones entre el poema original y el poema publicado fueron incorporadas a la traducción de The House (La Casa) devenido en Bless This House (Bendita Sea Esta Casa).

Casa, hogar, origen, cuerpo y migrancia son ejes que atraviesan la escritura de Shire, que nació en Kenia, de padres somalíes, y emigró a Inglaterra cuando tenía un año. Su padre pasó su infancia con un clan de pastores nómadas, y de adulto se destacó como periodista político en Mogadishu, mientras su madre lidiaba con las tareas domésticas. A finales de los ochenta, su padre encaró un proyecto polémico: la escritura de un libro sobre corrupción política, publicado como El Costo de la Carnicería. A raíz de las investigaciones y la línea editorial adoptada, organismos estatales y paraestatales comenzaron un hostigamiento sostenido contra la familia que incluía amenazas y pedidos de detención arbitrarios. Finalmente, optaron por el exilio: escaparon a Kenia, y ahí nació Shire en 1988. Al tiempo, tomaron la decisión de mudarse a Londres, donde nació Said, su hermano. En 1991, la guerra civil somalí estalló: los militares, en alianza con los clanes locales, derrocaron al régimen de Mohamed Siad Barré; hecho que dio inicio a una disputa de poder en Mogadishu entre clanes, grupos islamistas y otras fracciones representadas resultando, al cabo de cuatro meses, en el asesinato de unas veinticinco mil personas, la pérdida de más de dos millones de viviendas y un millón y medio de exiliados, incluyendo a una gran parte de la familia de Shire. Los somalíes caracterizan a esta etapa histórica con una metáfora sonora: burbur, el ruido del colapso de los edificios.

De esta tradición ancestral de doloridad, diría la filósofa brasilera Vilma Piedade, y de una tradición literaria que comenzó a sus doce años, cuando Shire leyó por primera vez el poema Vultures, del africano Chinua Achebe, está nutrida la retórica de sus producciones. Para el armado de su primera antología incluyó entrevistas a su tío refugiado, adicto a mascar hoja de Khat, un árbol que crece en el Este de África y de la Península Arábiga, conocido por sus efectos estimulantes y capacidad para aliviar la fatiga, aunque también por sus efectos adversos sobre las funciones cognitivas en el largo plazo, y más aún si el consumo es abusivo. Al respecto, su tío aclara en una de las grabaciones de sus experiencias: “Cuando estás drogado, es como si construyeras, con tus palabras y tus sueños, estas torres altísimas de lo que vas a hacer mañana, cómo vas a arreglar tu vida. Y después sale el sol, y las torres fueron derribadas. Y hacés esto todos los días y nunca llegás a nada, porque estás constantemente mintiéndote.” La vida de los refugiados, con o sin hoja de Khat, es una gimnasia parecida, discute Shire y toma qaxwo (café somalí) en algunos de sus poemas, en la diáspora somalí que piensa, y a través de la cual se piensa a ella misma. Cuando su tío reza en una lengua que nadie conoce, Shire lo mira y reflexiona sobre la cantidad de mujeres con las que tuvo sexo que aún no saben pronunciar su nombre. Suena pop somalí de fondo, pero ella escribe My loneliness is killing me en un guiño a Britney. Otro eco pop baila en una confesión de nacimiento: First I was afraid, I was petrified.

Presentamos, a continuación, un adelanto: dos poemas de la colección próxima a salir.

Infancia Extrema

Un loop, una niña nace
para cada familia,
un preludio de sufrimiento.
Bendigan a la beba,
bolsa amniótica de insatisfacción
santa patrona del no
lo suficientemente buena.
¿Estás ahí, Dios?
Soy yo, Warsan.
De ensoñación excesiva,
obsesiva, disociativa.
Nacida al ritmo de una canción de cuna
lamentando la melanina,
les revisan las orejas a los recién nacidos
para ver los primeros signos de color.
Primero tuve miedo, estaba petrificada.
La niña lee surahs cada noche
para esconderse del mal
protegiendo cuerpo y hogar
de los intrusos.
Se despierta con un miedo,
alguien corta la cuerda,
algo repta
muy adentro de ella.
¿Estás ahí, Dios?
Soy yo, la fea.
Bendigan a la niña eneatipo 4,
el cuero cabelludo masajeado con la leche
de la crueldad, el cráneo maldito,
aplastada entre rodillas adultas,
empapada de loción rosa.
Todo lo que me hiciste,
lo recuerdo.
Mamá, logré
salir de tu casa
viva, educada
por las voces
en mi mente.

Bendita Sea Esta Casa

Mi madre dice que hay cuartos con cerraduras en cada mujer.
A veces, los hombres—vienen con llaves,
y a veces, los hombres—vienen con martillos.
Nin soo joog laga waayo, soo jiifso aa laga helaa,
Un hombre no responde a la palabra, responde a la acción.
Dije Pará, dije No y no escuchó.
Tal vez ella tenga un plan, tal vez él vuelva con ella
Tal vez él se despierte horas más tarde en una bañera llena de hielo,
la boca seca, retorciéndose de dolor frente a su nueva y prolija incisión.
Señalo mi cuerpo y digo Ah, ¿esto? Fue lo primero que encontré.
¿Te lo vas a comer? Le pregunto a mi madre, señalando
a mi padre servido sobre la mesa del comedor, su boca embutida con una manzana roja.
Cuanto más grande es mi cuerpo, más cuartos con cerraduras encuentro. Más son los hombres que hacen fila en la puerta. Ahmed no llegó hasta el fondo. Todavía pienso en lo que podría haber abierto dentro de mí. Ali dudó en la puerta por tres años. Johnny el de los ojos celestes vino con una caja de herramientas que ya había usado en otras mujeres: una horquilla, una botella de blanqueador, una navaja y un frasco de vaselina. Yusuf rezó a través del ojo de la cerradura y nadie le respondió.
Algunos suplicaron, algunos treparon por el costado de mi cuerpo como musgo
buscando una manera de entrar. Algunos dijeron que estaban llegando y nunca acabaron.
Mostranos en la muñeca dónde te tocaron, dijeron.
Les dije que no me parecía a una muñeca, que era más como una casa.
Dijeron Mostranos en la casa.
Así: dos dedos por el desagüe.
Así: un puño a través de la pared de durlock.
Mi primer amor encontró una puerta secreta en mi axila, cayó en la trampa, nadie más lo vio desde entonces.
De vez en cuando siento un movimiento, algo pequeño que se arrastra.
Podría dejarlo salir. Capaz ya conoció a los otros—machos
desaparecidos de ciudades o pequeños pueblos y madres agradables,
que engañaron y forzaron la puerta de entrada.
Toc toc.
¿Quién es?
Nadie.
En fiestas señalo mi cuerpo y digo
Ah, ¿esto? Es donde los hombres vienen a morir.

La Casa (traducción de la versión borrador recitada el 6 de octubre de 2014 en el lanzamiento de la antología Bloodaxe, Ten: the New Wave, desde el Purcell Room del Southbank Centre en Londres)

1
Mi madre dice que hay cuartos con cerraduras en cada mujer. Una cocina de lujuria, una habitación de duelo, un baño de indiferencia.
A veces, los hombres—vienen con llaves,
y a veces, los hombres—vienen con martillos.
2
Nin soo joog laga waayo, soo jiifso aa laga helaa,
Dije Pará, dije No y no escuchó.
3
Tal vez Rihanna tenga un plan, tal vez haga que Chris vuelva con ella
solo para despertarlo unas horas más tarde en una bañera llena de hielo
la boca seca, retorciéndose de dolor frente a su nueva y prolija intervención quirúrgica.
4
Señalo mi cuerpo y digo Ah, ¿esto? Fue lo primero que encontré.
5
¿Te lo vas a comer? Le pregunto a mi madre, señalando
a mi padre servido sobre la mesa del comedor, su boca embutida con una manzana roja.
6
Cuanto más grande es mi cuerpo, más cuartos con cerraduras encuentro, más hombres vienen con llaves o martillos. Anwar no llegó hasta el fondo. Todavía pienso en lo que podría haber abierto dentro de mí. Basil llegó y dudó en la puerta por tres años. Johnny el de los ojos celestes vino con una caja de herramientas que ya había usado en otras mujeres: una horquilla, una botella de blanqueador, una navaja y un frasco de vaselina. Yusuf rezó a través del ojo de la cerradura y nadie le respondió.
Algunos suplicaron, algunos treparon por el costado de mi cuerpo
buscando una manera de entrar. Algunos dijeron que estaban llegando y nunca acabaron.
7
Mostranos en la muñeca dónde te tocaron, dijeron.
Les dije que no me parecía a una muñeca, que era más como una casa.
Dijeron Mostranos en la casa.
Dije así: dos dedos en el frasco de mermelada.
Dije así: un codo en el agua de la bañera.
Dije así: una mano en el cajón.
8
Debería contarles acerca de mi primer amor, que encontró una puerta secreta debajo de mi teta izquierda hace nueve años y cayó, nunca nadie más lo vio. De vez en cuando siento algo arrastrándose en mi muslo. Si se diera a conocer, quizás lo dejaría salir. Espero que no se haya encontrado con los otros, los pibes perdidos de pueblos chicos con madres bien, que hicieron cosas malas y se perdieron en el laberinto de mi pelo. Los trato bastante bien: una rebanada de pan, con suerte, un poco de fruta. Excepto por Johnny el de los ojos celestes que se aferró a mis rulos y trepó. Qué tonto, ahora quedó encadenado al sótano de mis miedos, pongo música para ahogarlo.
9
Toc toc.
¿Quién es?
Nadie.
10
En fiestas señalo mi cuerpo y digo
Este es el lugar al que el amor viene a morir.
Bienvenidos, siéntanse como en casa.
Algunos ríen, piensan que es un chiste.


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Gonzalo Zuloaga. Gonzalo Zuloaga nació en La Plata el 18 de octubre. En 2016 fue ganador de Mención Especial por unanimidad en el Primer Certamen Nacional de Literatura en la categoría poemario por su obra “Resucitando Edipos”, publicada en la colección Voces del Cono Sur. Algunos de sus relatos urbanos fueron seleccionados para su publicación en la revista Monolito (Méjico) y la antología Palabras en Flor (España). Actualmente se encuentra promocionando su poemario “Predicciones del Año Kitsch”, editado por Peces de Ciudad en abril de 2017, y participando de ciclos de lectura de poesía y narración oral. A su vez, escribe para el colectivo Extrañas Noches Literatura Visceral y comparte poemas en su Facebook y su blog personal: Ciudad Kitsch “Predicciones del Año Kitsch” puede adquirirse a través de la página web de la editorial, www.pecesdeciudad.com.ar, y en Malisia Distribuidora y Estantería de Libros y Revistas, La Plata. Notas de Gonzalo