Cumbres eternas

Cumbres borrascosas



Desde niña las hermanas Brönte han sido parte fundamental de la vida y la biblioteca de nuestra colaboradora

En la década del 90 mi vida adolescente se basaba en mirar telenovelas. No fue casual que cada fin de ciclo escolar yo tuviera varias materias desaprobadas. Hecho más que esperable ya que vivía en una realidad que no era la mía sino la de los personajes que de reales no tenían nada.

En el año 92 canal 13 emitía una telenovela llamada Encadenados, la mejor que vi en mi vida. Escenarios naturales, una pareja de jóvenes casi salvajes que no sabían de límites, la ambición, violencia y tantos otros ingredientes que la hacían muy especial.

En esa época no teníamos tele a color. Suena raro pero es así. No teníamos. La vida en la pantalla pasaba en blanco y negro y nos tocaba adivinar los colores que la formaban, los colores que vestían a los protagonistas.

Una tarde me enteré que esa telenovela era una adaptación de Cumbres borrascosas de Emily Brontë. Con enormes ansias y con pocas esperanzas de que mi economía pudiese alcanzarla, me lancé en la búsqueda de esa novela.

Pocas librerías en Lanús en ese entonces, yo no viajaba sola a capital y los libreros me decían que solo me la podían ofrecer en inglés. Entonces yo volvía desanimada y pensando que nunca iba a leerla (internet no existía, ni pensar en la virtualidad en esa época) hasta que imaginando el "no la tengo", entré a una librería muy chiquita atendida por un señor muy viejito que me aseguró que la tenía pero en su casa. "vení mañana que te la traigo". Palabras mágicas.

Fui, claro que fui. Recuerdo que tenía diez pesos para comprarla; hace 23 años con esa plata podíamos comprar libros. Aunque, pensaba, si no se conseguía, seguramente me iba a costar muy caro.

"Si, te lo traje. Dame nueve pesos y listo". La felicidad era ese momento. Tanto tiempo buscando un libro sin esperanzas y de pronto lo tenía en mis manos. No hubo emoción más grande. Más tarde me di cuenta de que eso tesoro tenía un elemento extra: era la primera versión en castellano y con prólogo de Victoria Ocampo para su editorial Sur ¿Qué más podía pedir?

Tres horas me alcanzaron para leer los treinta y cinco capítulos. Tres horas en las que Heathcliff y Catherine se convirtieron en personajes fundamentales en el mundo imaginario de mi adolescencia. Pude imaginar sus caras, sus voces, sus actitudes. Pude recorrer el páramo de Gimmerton en Yorkshire y sentir la desesperación de Heathcliff y sus deseos de venganza. Odié a Catherine y la culpé de toda su desgracia. Y qué decir de la violencia de Joseph y Hindley, del cariño incondicional de Ellen...cada personaje tuvo vida y la recobra cada vez que la leo.

Pasaron muchos años de aquella vez en la que Cumbres borrascosas llegó a mi vida. En estos años en mi biblioteca las hermanas Bronte lograron un lugar especial. Emily tiene el protagonismo con 12 ediciones de Cumbres…que supe conseguir incluso en inglés y francés. Sus hermanas Charlotte y Anne la acompañan con las sus novelas que las editoriales reimprimieron en varias ocasiones (fue una sorpresa encontrar en castellano a Anne con su Agnes Gray y La inquilina de Wildefell Hall).

A veces suelo mirar la “sección Bronte” con deleite, como si fuese un pequeño tesoro; no pequeño no; es un gran tesoro.

Umberto Eco hablaba de los huecos que se rellenan cuando uno relee y es cierto: siempre se encuentran cosas nuevas aunque nada cambie.

Los personajes de los libros no mueren, aunque mueran. Los libros nos permiten vivir en mundos imaginarios en los que podemos ser protagonistas, en los que podemos vivir una y otra vez.

Un alumno me dijo un día que los libros nunca iban a ganar ante la tecnología pero yo me atrevo a decir que son ellos en sus páginas, en sus ficciones, con sus personajes y sus historias los que nos pueden salvar aunque la vida se viva delante de una pantalla.


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Silvana Buono. Silvana es Profesora de castellano, literatura y latín, y da clases en escuelas secundarias desde hace catorce años, buscando transmitirle a sus alumnos su pasión por las letras, saliéndose un poco de los clásicos y presentándole a las nuevas camadas de escritores. Comparte sus lecturas, opiniones y escritos en su blog Y hay mil maneras de contar. Apasionada de las hermanas Brontë, tiene en su casa doce ediciones de Cumbres Borrascosas. Notas de Silvana